Las stablecoins se han convertido en un actor clave dentro del panorama financiero global, con la capacidad de redefinir los sistemas de pago y la infraestructura financiera. Este artículo examina las principales tendencias, riesgos y oportunidades que marcarán la evolución de las stablecoins desde 2025 hasta 2030.
El mercado de stablecoins ha registrado un crecimiento extraordinario, pasando de menos de 120 000 millones de dólares a principios de 2023 a superar los 215 000 millones a comienzos de 2025. Este avance muestra que las stablecoins han superado su función inicial en el trading de criptomonedas y se han consolidado como dinero digital ampliamente utilizado. Aunque las dos mayores stablecoins siguen liderando el mercado, con circulaciones cercanas a los 140 000 millones y 55 000 millones respectivamente, su cuota conjunta se reduce paulatinamente ante la irrupción de nuevos emisores.
Entre los nuevos actores destacan diversas stablecoins emitidas por plataformas de pago, así como nombres ya consolidados como TrueUSD (TUSD) y DAI. Estas nuevas stablecoins están restando cuota de mercado a los líderes tradicionales gracias a estrategias diferenciadas basadas en la transparencia, el cumplimiento normativo o la distribución de rendimientos.
La adopción de stablecoins mantiene una tendencia alcista, como reflejan tanto el número de usuarios como la actividad on-chain. En enero de 2025, más de 32 millones de direcciones únicas habían realizado transacciones con stablecoins, duplicando la cifra registrada dos años antes. Este crecimiento abarca a usuarios minoristas e institucionales, con usuarios de mercados emergentes recurriendo al dólar digital ante la inflación elevada, mientras que los usuarios nativos del sector cripto emplean stablecoins para finanzas descentralizadas y trading.
El volumen de transacciones on-chain también ha crecido de forma notable, alcanzando los 5,6 billones de dólares en volumen ajustado de stablecoins en 2024, frente a apenas 3,8 000 millones en 2018. Esta cifra ya supone cerca del 40 % del volumen de pagos con tarjetas de crédito principales, lo que pone de relieve la utilidad económica real de las stablecoins.
El mercado de stablecoins ha experimentado una expansión acelerada desde 2020, impulsada inicialmente por el trading con criptoactivos, aunque sufrió un parón tras el colapso de las stablecoins algorítmicas en 2022. El crecimiento se reanudó en 2023, gracias a la aparición de aplicaciones reales y al respaldo institucional. Entre 2022 y 2024, las startups vinculadas a stablecoins captaron más de 2,5 000 millones de dólares en capital riesgo, enfocados principalmente en cumplimiento normativo, pagos internacionales y el desarrollo de stablecoins con rendimiento.
Las operaciones corporativas han reforzado la confianza en el mercado. Circle Internet Financial, emisor de USDC, presentó una solicitud de salida a bolsa en Estados Unidos a principios de 2024, con la intención de convertirse en el primer emisor de stablecoins cotizado en bolsa. La adquisición de Bridge por parte de Stripe por 1,1 000 millones de dólares, proveedor de APIs de pago en stablecoins y blockchain, refuerza el convencimiento en el futuro de las stablecoins dentro de los pagos.
Las stablecoins se han posicionado en aplicaciones de gran relevancia práctica, especialmente en remesas transfronterizas, pago de nóminas globales para trabajadores remotos, liquidaciones en mercados de capitales y gestión de tesorería on-chain.
En remesas internacionales, las stablecoins permiten transferencias casi instantáneas y de bajo coste, recortando drásticamente tanto las comisiones como los plazos de liquidación frente a los servicios convencionales. Remitir 200 dólares de un país africano a otro mediante stablecoins puede ser hasta un 60 % más barato que con servicios tradicionales, y el tiempo de transacción cae de días a minutos o incluso segundos.
El pago global de nóminas a trabajadores remotos ha cambiado radicalmente gracias a las stablecoins, permitiendo a las empresas abonar salarios en dólares digitales y esquivar tanto los retrasos como las elevadas comisiones de las transferencias internacionales. Plataformas como Remote.com, junto a Stripe, ya ofrecen pagos de nómina en stablecoins en 69 países, empleando USDC en blockchains de bajo coste.
En mercados de capitales, las stablecoins están optimizando las liquidaciones al posibilitar la liquidación instantánea on-chain de operaciones bursátiles, eliminando los tradicionales retrasos T+2. Gobiernos e instituciones ya emplean stablecoins como USDC para pagos en bonos tokenizados y fondos del mercado monetario, como en el piloto de bonos verdes de Hong Kong en 2023 y el fondo digital de liquidez en USD de BlackRock lanzado en 2024.
La gestión de tesorería on-chain está ganando terreno entre grandes empresas e instituciones, que recurren cada vez más a las stablecoins para la gestión financiera y la asignación de liquidez. Mantener stablecoins en vez de depósitos bancarios locales permite agilizar pagos internacionales y aprovechar oportunidades de rendimiento en finanzas descentralizadas.
A 31 de octubre de 2025, el mercado de stablecoins sigue evolucionando a gran velocidad, con una adopción creciente en varios sectores de la economía global. Las tendencias observadas hasta ahora apuntan a que las stablecoins están llamadas a desempeñar un papel cada vez más relevante en la transformación del panorama financiero mundial en los próximos años.
Un aspecto clave del ecosistema de stablecoins es su relación con otras criptomonedas, muy especialmente Bitcoin. La facilidad para intercambiar Bitcoin por stablecoins vinculadas al USD se ha convertido en una característica esencial para numerosos usuarios. Esto facilita la conversión ágil entre criptomonedas volátiles y activos digitales estables, actuando como puente entre el entorno cripto y las finanzas tradicionales.
A 31 de octubre de 2025, el tipo de cambio de Bitcoin a USD ronda los 135 000 dólares por BTC. Es un incremento destacado respecto a ejercicios anteriores y refleja la adopción masiva de Bitcoin y del mercado cripto en general. La facilidad de intercambio entre Bitcoin y stablecoins ha sido crucial en este avance, proporcionando a inversores y usuarios una vía fiable para gestionar la volatilidad y acceder a valor estable dentro del ecosistema cripto.
Las stablecoins han demostrado su capacidad para transformar diferentes ámbitos del sistema financiero mundial, desde remesas y nóminas hasta mercados de capitales y gestión de tesorería. A medida que la adopción sigue aumentando y los marcos regulatorios evolucionan, es probable que las stablecoins se integren como pieza clave en la infraestructura financiera futura. La facilidad de intercambio entre Bitcoin y stablecoins vinculadas al USD refuerza aún más su utilidad y su integración en el ecosistema cripto. No obstante, persisten desafíos como la incertidumbre regulatoria y la necesidad de reforzar la seguridad. El periodo 2025-2030 será decisivo para comprobar si las stablecoins pueden materializar todo su potencial para transformar el panorama financiero mundial.
El mercado de stablecoins ha superado los 215 000 millones de dólares, con un auge en remesas internacionales, nóminas globales, liquidaciones en mercados de capitales y gestión de tesorería on-chain.
Las stablecoins han reducido significativamente las comisiones y los plazos de liquidación en las remesas internacionales, permitiendo transferencias hasta un 60 % más económicas y acortando los tiempos de días a minutos o segundos.
El tipo de cambio de Bitcoin a USD ronda los 135 000 dólares por BTC, reflejando un fuerte crecimiento en la adopción de Bitcoin y la importancia de los intercambios ágiles entre Bitcoin y stablecoins.
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