La creatividad de la IA está creciendo rápidamente, pero protegerla se está volviendo más difícil.

Los modelos aprenden, remezclan y generan nuevas ideas que pueden ser fácilmente copiadas o reclamadas por otros.

La única solución que tenemos es la criptografía, que soluciona esto al probar quién creó qué y cuándo. Da a cada modelo y resultado una identidad verificable que no puede ser cambiada ni falsificada.

Esto es lo que proyectos como Sentient están explorando, utilizando registros en cadena para mantener la propiedad y el crédito transparentes.

Con la criptografía, la creatividad de la IA se mantiene abierta, pero los creadores aún conservan sus derechos.