La obsesión de Hollywood con el metaverso no es nueva: nos ha estado mostrando mundos digitales durante décadas. Aquí está la cuestión: cada gran película de ciencia ficción sobre realidades inmersivas se alinea con lo que los constructores de criptomonedas realmente están tratando de construir.
Ready Player One (2045) es básicamente la versión de Netflix de las comunidades cripto. ¿Todos conectados a OASIS buscando tesoros digitales? Eso es literalmente lo que la gente hace en Decentraland y Sandbox ahora—excepto que las apuestas son NFTs reales.
Minority Report clavó las interfaces de AR basadas en gestos en 2054. Spielberg entendió: el metaverso no se trata de cascos, se trata de cómo interactuamos con la información. Las interfaces en cadena de hoy se están moviendo en esa dirección.
Tron (1982) lo predijo todo: un reino digital con sus propias reglas, personajes, economía. Cambia “mundo informático” por “blockchain” y tienes Web3.
Altered Carbon impacta de manera diferente: la conciencia subida a un hardware, los cuerpos como contenedores intercambiables. Eso es literalmente lo que representan los avatares NFT: identidad desvinculada de la forma física.
Avatar 2 mostró la transferencia de conciencia entre especies. En el metaverso, tu avatar se convierte en tu identidad. La visión de James Cameron: no solo estás viendo otro mundo, te estás convirtiendo en alguien más en él.
¿El patrón? Estas películas exploran la misma pregunta que abordan los proyectos de cripto/metaverso: ¿Qué sucede cuando la identidad digital se vuelve tan real como la identidad física?
La industria del entretenimiento lo entiende ahora. Películas como NFTs, mundos virtuales con economías reales—ya no es ciencia ficción, está sucediendo.
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Cuando Hollywood se encontró con el Metaverso: 5 películas que anticiparon el futuro
La obsesión de Hollywood con el metaverso no es nueva: nos ha estado mostrando mundos digitales durante décadas. Aquí está la cuestión: cada gran película de ciencia ficción sobre realidades inmersivas se alinea con lo que los constructores de criptomonedas realmente están tratando de construir.
Ready Player One (2045) es básicamente la versión de Netflix de las comunidades cripto. ¿Todos conectados a OASIS buscando tesoros digitales? Eso es literalmente lo que la gente hace en Decentraland y Sandbox ahora—excepto que las apuestas son NFTs reales.
Minority Report clavó las interfaces de AR basadas en gestos en 2054. Spielberg entendió: el metaverso no se trata de cascos, se trata de cómo interactuamos con la información. Las interfaces en cadena de hoy se están moviendo en esa dirección.
Tron (1982) lo predijo todo: un reino digital con sus propias reglas, personajes, economía. Cambia “mundo informático” por “blockchain” y tienes Web3.
Altered Carbon impacta de manera diferente: la conciencia subida a un hardware, los cuerpos como contenedores intercambiables. Eso es literalmente lo que representan los avatares NFT: identidad desvinculada de la forma física.
Avatar 2 mostró la transferencia de conciencia entre especies. En el metaverso, tu avatar se convierte en tu identidad. La visión de James Cameron: no solo estás viendo otro mundo, te estás convirtiendo en alguien más en él.
¿El patrón? Estas películas exploran la misma pregunta que abordan los proyectos de cripto/metaverso: ¿Qué sucede cuando la identidad digital se vuelve tan real como la identidad física?
La industria del entretenimiento lo entiende ahora. Películas como NFTs, mundos virtuales con economías reales—ya no es ciencia ficción, está sucediendo.