Al ampliar la línea de tiempo, la lógica del movimiento de BTC en realidad es muy simple: además de subir, no tiene otro guion posible.

¿Por qué digo esto? Porque desde el día en que nació, Bitcoin estaba destinado a ser diferente de otros activos:

No tiene un "fundador" que promocione y corte las ganancias;
No existe ninguna fundación que pueda controlar su destino;
No hay operaciones de pre-minado, todos empiezan en igualdad de condiciones;
Tampoco hay "personas internas" que hagan movimientos anticipados;
¿Inversores ángeles? No existen, los primeros participantes obtuvieron sus bitcoins a través de la potencia computacional;
No puedes encontrar su oficina, ni esperar atención al cliente;
¿Y su sitio web? Lo decide la comunidad;
Ningún equipo puede cobrar salarios para hablar en nombre de Bitcoin;
¿Departamento de marketing? ¿Equipo de desarrollo? Todo son voluntarios trabajando por la causa;
No tiene un precio de salida a bolsa, la primera transacción fue intercambiar una pizza;
Y lo más importante: nadie puede controlarlo realmente.

Este diseño completamente descentralizado ha convertido a Bitcoin en la forma de moneda más cercana a la "justicia" en este planeta. Por eso, mantenerlo a largo plazo es, en esencia, apostar a que la humanidad tendrá una confianza cada vez mayor en el valor de almacenamiento justo.