Las principales empresas tecnológicas están alertando sobre el mercado de ofertas públicas iniciales (OPI) en el Reino Unido. Han señalado preocupaciones serias al Canciller Reeves acerca de los posibles riesgos de fuga de capitales vinculados a las recientes propuestas presupuestarias.

Las advertencias llegan en un momento en que el entorno de cotización en Reino Unido enfrenta una presión creciente. Varios líderes de la industria argumentan que el marco fiscal actual podría impulsar a las empresas a buscar jurisdicciones más favorables—como bolsas en EE. UU. o incluso centros en Asia que sean amigables con las criptomonedas.

¿A qué está en juego? A la competitividad del Reino Unido para atraer empresas de alto crecimiento, incluyendo aquellas en el ámbito de blockchain y activos digitales. Si las rutas tradicionales de OPI se vuelven menos atractivas, podríamos ver más proyectos optando por lanzamientos de tokens o cotizaciones en otros lugares.

Las implicaciones fiscales del presupuesto y la incertidumbre regulatoria son el centro de estas preocupaciones. Para el sector cripto, esto es importante—la claridad regulatoria impulsa la adopción institucional, y cualquier error en las políticas podría tener repercusiones tanto en las finanzas tradicionales como en los activos digitales.