Recientemente, he notado un proyecto bastante interesante: CONAN, el perro.

No es cualquier moneda animal, este tiene un trasfondo bastante especial. El prototipo de CONAN es ese perro militar que recibió una medalla, el mismo que participó en una operación antiterrorista y salió victorioso. Los creadores del proyecto han empaquetado muy bien esta narrativa, ya que cuenta con respaldo en hechos reales, no es solo una IP inventada de la nada.

Desde los datos, la capitalización inicial llegó a superar los 30 millones de dólares. Ahora ha tenido una corrección, así que todavía estamos en una etapa temprana. En cuanto a la tecnología, eligieron la cadena Solana, lo cual encaja con el estilo de las meme coins: tarifas bajas, transacciones rápidas, ideales para entrar y salir con frecuencia. El número de direcciones en la cadena está en aumento, algunos están acumulando lentamente.

Para ser honestos, lo más importante en este tipo de proyectos es si la narrativa puede realmente conmover a la comunidad. La historia de CONAN tiene tres niveles: relación con figuras políticas, IP de animales, y un espíritu heroico. En teoría, la combinación de estos tres etiquetas le da más espacio para la imaginación que una simple moneda de perro común. Basándonos en el rendimiento de algunas monedas relacionadas con políticas en el pasado, si las noticias se manejan bien, un estallido a corto plazo no sería imposible.

Sin embargo, también hay riesgos evidentes. Las meme coins, en esencia, dependen del consenso y las emociones, su fundamentación es casi nula. Si la popularidad disminuye o surge alguna noticia negativa, el precio puede desplomarse rápidamente. Además, las monedas con fuertes atributos de IP son susceptibles a la atención regulatoria, por lo que hay que tener cuidado con los riesgos de cumplimiento.

Si te interesa este tipo de activos de alta volatilidad, puedes seguir las variaciones en las direcciones de los holdings y la tendencia en las redes sociales. Pero recuerda, no pongas todo tu capital en ello; las meme coins siempre son un juego de pequeñas posiciones.

En el mercado nunca faltan historias, lo que falta es el momento adecuado para contar esas historias. Hasta dónde pueda llegar CONAN, en última instancia, dependerá de cuánto pueda mantenerse el consenso de la comunidad.