Gran Bretaña está presionando fuerte para atraer a empresas de IA, pero hay un inconveniente del que no se habla lo suficiente. Estas empresas no comprometerán capital serio sin claras protecciones legales en torno a los datos de entrenamiento. ¿En este momento? El campo minado de derechos de autor es real; ninguna empresa quiere invertir miles de millones en infraestructura solo para enfrentarse a demandas interminables sobre los materiales de entrenamiento del modelo. El gobierno necesita elegir un camino: garantizar un refugio legal seguro para el entrenamiento de IA, o ver cómo los dólares de inversión fluyen a otro lugar. Es así de sencillo.