Cuando los números fluyen en la pantalla formando un río
Escucho la melodía de las velas japonesas que suben y bajan Como descifrar un poema sin palabras En las fluctuaciones, veo tendencias En el caos, encuentro patrones
Esta es la disciplina del trader — Encontrar tu propio ritmo en el pulso del mercado Cultivar el orden interior en medio de la incertidumbre
En la oficina de cubículos de nueve a cinco Mi mundo no tiene límites El mercado global es mi oficina Tokio al amanecer, Londres al atardecer Nueva York en la madrugada El tiempo salta ágil en el registro de operaciones
El amor hace que cada número tenga calor El café a la madrugada, el té al atardecer No son solo bebidas para despejar la mente Son rituales de diálogo con uno mismo La luz tenue de la pantalla no solo ilumina datos Sino también la profunda ansia y perseverancia por la libertad
La libertad que ofrece esta profesión — Es la libertad de lugar, con la computadora en cualquier rincón del mundo Es la libertad de tiempo, organizando tu propio ritmo de vida Y también la libertad del alma, manteniendo la calma entre subidas y bajadas
No soy solo un trader, soy también un poeta de la vida Escribo con ganancias y pérdidas, rimo con decisiones En la balanza de riesgo y recompensa Busco ese punto de equilibrio perfecto
Cuando otros ven riesgo, Yo veo el arte de la probabilidad Cuando otros persiguen ganancias rápidas, Yo protejo la magia del interés compuesto
Con amor como embarcación, y profesionalismo como remo Navego por el mar del mercado, hacia la orilla de la libertad
Esto no es huir de la vida, Es entregarse más profundamente a ella — Encontrando libertad en la autodisciplina, Viendo el mundo en la concentración, Y alcanzando la libertad a través del amor
El corazón poético, el mercado como un vasto océano. Con concentración como embarcación, busco en cada ola mi propio ritmo. Este amor ha trascendido las ganancias y pérdidas, convirtiéndose en una disciplina que vibra en la misma frecuencia que la libertad.
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Cuando los números fluyen en la pantalla formando un río
Escucho la melodía de las velas japonesas que suben y bajan
Como descifrar un poema sin palabras
En las fluctuaciones, veo tendencias
En el caos, encuentro patrones
Esta es la disciplina del trader —
Encontrar tu propio ritmo en el pulso del mercado
Cultivar el orden interior en medio de la incertidumbre
En la oficina de cubículos de nueve a cinco
Mi mundo no tiene límites
El mercado global es mi oficina
Tokio al amanecer, Londres al atardecer
Nueva York en la madrugada
El tiempo salta ágil en el registro de operaciones
El amor hace que cada número tenga calor
El café a la madrugada, el té al atardecer
No son solo bebidas para despejar la mente
Son rituales de diálogo con uno mismo
La luz tenue de la pantalla no solo ilumina datos
Sino también la profunda ansia y perseverancia por la libertad
La libertad que ofrece esta profesión —
Es la libertad de lugar, con la computadora en cualquier rincón del mundo
Es la libertad de tiempo, organizando tu propio ritmo de vida
Y también la libertad del alma, manteniendo la calma entre subidas y bajadas
No soy solo un trader, soy también un poeta de la vida
Escribo con ganancias y pérdidas, rimo con decisiones
En la balanza de riesgo y recompensa
Busco ese punto de equilibrio perfecto
Cuando otros ven riesgo,
Yo veo el arte de la probabilidad
Cuando otros persiguen ganancias rápidas,
Yo protejo la magia del interés compuesto
Con amor como embarcación, y profesionalismo como remo
Navego por el mar del mercado, hacia la orilla de la libertad
Esto no es huir de la vida,
Es entregarse más profundamente a ella —
Encontrando libertad en la autodisciplina,
Viendo el mundo en la concentración,
Y alcanzando la libertad a través del amor
El corazón poético, el mercado como un vasto océano.
Con concentración como embarcación, busco en cada ola mi propio ritmo.
Este amor ha trascendido las ganancias y pérdidas, convirtiéndose en una disciplina que vibra en la misma frecuencia que la libertad.