Las acciones tecnológicas han estado un poco dolorosas recientemente. A principios de noviembre, el Nasdaq cayó casi un 2%, mientras que el S&P 500 y el índice tecnológico tuvieron caídas aún mayores, con una volatilidad que se disparó un 12%. El problema no es que la tecnología no funcione, sino que las valoraciones están demasiado infladas; desde los CEO hasta Wall Street, todos se hacen la misma pregunta: ¿el aumento de la IA es una demanda real o es solo un fuego ficticio?
¿Dónde están las señales de burbuja?
Los ejecutivos de Morgan Stanley y Goldman Sachs han declarado que el mercado podría enfrentar una corrección. El CEO de JPMorgan fue más contundente, diciendo que la probabilidad de una gran caída en un plazo de seis meses a dos años no es baja. La clave es que la tecnología representa el 36% del S&P 500, y los pesos de esos gigantes de la “maravillosa 7” son demasiado grandes: crees que estás comprando un fondo indexado, pero en realidad estás apostando por la tecnología.
Con la situación geopolítica, el cierre del gobierno y las expectativas de reducción de tasas que no se materializan, es difícil que un portafolio de inversiones concentrado en unas pocas acciones no tenga problemas ante tantos factores de riesgo acumulados.
¿Cómo resolver la situación?
ETF de ponderación equitativa: se distribuye por número de acciones, no por capitalización de mercado (RSP, EQL, etc.), reduciendo automáticamente el peso de las grandes empresas. El índice de ponderación equitativa S&P 500 ha subido un 6.86% este año, aunque no tiene un rendimiento tan alto como el de una cartera concentrada, también es más resistente en tiempos de caída.
ETF de oro: GLD, IAU, son seguros en tiempos de incertidumbre económica. A largo plazo pueden superar la inflación y, en momentos de conflictos geopolíticos, también pueden servir como refugio.
Acciones internacionales: No apuestes todo en acciones estadounidenses. Únete a los ETF de mercados desarrollados internacionales (DFAI, AVDE) y mercados emergentes (IEMG, VWO), el índice mundial que subió un 18.6% en un año no es tan aterrador, pero la diversificación de riesgos es mayor.
Línea base
La historia de la IA aún no ha terminado, pero la historia en sí no se puede comer. En un momento en que la valoración es tan alta, diversificar un poco más en acciones de valor, oro y mercados internacionales no solo puede ayudar a aprovechar el rebote, sino que también evita ser golpeado sin poder defenderse en la próxima corrección. Esto se llama resiliencia de cartera: en términos académicos, significa reducir el riesgo sistemático.
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Las preocupaciones sobre la burbuja de la IA emergen, ¿cómo ajustar la cartera de inversiones?
Las acciones tecnológicas han estado un poco dolorosas recientemente. A principios de noviembre, el Nasdaq cayó casi un 2%, mientras que el S&P 500 y el índice tecnológico tuvieron caídas aún mayores, con una volatilidad que se disparó un 12%. El problema no es que la tecnología no funcione, sino que las valoraciones están demasiado infladas; desde los CEO hasta Wall Street, todos se hacen la misma pregunta: ¿el aumento de la IA es una demanda real o es solo un fuego ficticio?
¿Dónde están las señales de burbuja?
Los ejecutivos de Morgan Stanley y Goldman Sachs han declarado que el mercado podría enfrentar una corrección. El CEO de JPMorgan fue más contundente, diciendo que la probabilidad de una gran caída en un plazo de seis meses a dos años no es baja. La clave es que la tecnología representa el 36% del S&P 500, y los pesos de esos gigantes de la “maravillosa 7” son demasiado grandes: crees que estás comprando un fondo indexado, pero en realidad estás apostando por la tecnología.
Con la situación geopolítica, el cierre del gobierno y las expectativas de reducción de tasas que no se materializan, es difícil que un portafolio de inversiones concentrado en unas pocas acciones no tenga problemas ante tantos factores de riesgo acumulados.
¿Cómo resolver la situación?
ETF de ponderación equitativa: se distribuye por número de acciones, no por capitalización de mercado (RSP, EQL, etc.), reduciendo automáticamente el peso de las grandes empresas. El índice de ponderación equitativa S&P 500 ha subido un 6.86% este año, aunque no tiene un rendimiento tan alto como el de una cartera concentrada, también es más resistente en tiempos de caída.
ETF de oro: GLD, IAU, son seguros en tiempos de incertidumbre económica. A largo plazo pueden superar la inflación y, en momentos de conflictos geopolíticos, también pueden servir como refugio.
Acciones internacionales: No apuestes todo en acciones estadounidenses. Únete a los ETF de mercados desarrollados internacionales (DFAI, AVDE) y mercados emergentes (IEMG, VWO), el índice mundial que subió un 18.6% en un año no es tan aterrador, pero la diversificación de riesgos es mayor.
Línea base
La historia de la IA aún no ha terminado, pero la historia en sí no se puede comer. En un momento en que la valoración es tan alta, diversificar un poco más en acciones de valor, oro y mercados internacionales no solo puede ayudar a aprovechar el rebote, sino que también evita ser golpeado sin poder defenderse en la próxima corrección. Esto se llama resiliencia de cartera: en términos académicos, significa reducir el riesgo sistemático.