El ambiente en los mercados de crédito privado se está oscureciendo. Más inversores ahora creen que los riesgos acumulándose en este sector se han vuelto tan enredados y opacos que solo una intervención drástica—algo así como traer a un exterminador—podría realmente devolver las cosas a su control.

Es un cambio drástico en el sentimiento. Lo que alguna vez fue aclamado como una alternativa flexible al préstamo tradicional ahora es visto por muchos como un posible barril de pólvora. La falta de transparencia, combinada con una exposición creciente, ha llevado a la gente a cuestionar si las medidas más suaves serán suficientes. Cuando la metáfora se convierte en control de plagas, sabes que la confianza ha sufrido un golpe serio.