Hace unos días vi una noticia: cierto político volvió a hacer declaraciones en público diciendo: "Creo que en un futuro cercano, no tendrás que pagar impuesto sobre la renta". Tras esta afirmación, el mercado empezó a interpretarla de diversas maneras.

Primero, hablemos de lo que realmente significa esto. El impuesto sobre la renta es el pilar de las finanzas de los estados modernos y representa la mayor parte de los ingresos del gobierno. Si realmente se quiere tocar este pastel, habría que recurrir a otros tipos de impuestos (como el IVA o los aranceles) o, en su defecto, a imprimir dinero para cubrir el agujero. Cualquiera de estas vías conlleva el mismo resultado: el poder adquisitivo y la credibilidad de la moneda fiduciaria se pondrán a prueba de forma severa.

¿Y esto qué tiene que ver con las criptomonedas? Muchísimo.

En primer lugar, la recaudación de impuestos es, en esencia, una manifestación del poder coercitivo. ¿Por qué tienes que tener moneda fiduciaria? Porque el gobierno exige que pagues impuestos con ella. Si el sistema fiscal realmente experimenta un cambio fundamental, habrá una razón menos de peso para mantener moneda fiduciaria. El dinero buscará nuevas alternativas, y activos no soberanos como Bitcoin se convertirán en opciones atractivas.

En segundo lugar, el propio diseño de Bitcoin es resistente a la censura y facilita la circulación global. Si el futuro del sistema fiscal se vuelve más incierto, estas características serán revalorizadas. Antes se veía como "oro digital", pero en el futuro podría considerarse como una herramienta aún más práctica.

Ahora bien, no hay que creerse todo lo que se oye al pie de la letra. Normalmente, entre las promesas de los políticos y la realidad hay un abismo insalvable. Este tipo de declaraciones tan radicales suelen ser más bien estrategias para llamar la atención, mientras que la dificultad y la oposición para aplicarlas en la práctica son difíciles de imaginar. A corto plazo, el mercado podría entrar en pánico ante la "incertidumbre fiscal", provocando ventas masivas de todos los activos de riesgo.

Así que, con calma: esto, más que nada, nos da una perspectiva para reflexionar. Cuando la sostenibilidad del modelo fiscal tradicional se pone en duda, el relato en torno a los activos alternativos se vuelve más convincente. Pero es un proceso largo, no es algo que vaya a pasar mañana.

Mantén tus posiciones al contado y no te dejes arrastrar por el ruido a corto plazo. Lo que esperas es el cambio de una era, no la improvisación de una cuenta de Twitter.