El calendario de esta semana asusta un poco: tres momentos clave que pueden hacer que el mercado cripto cambie de rumbo en un instante se concentran juntos.

**La reunión del FOMC del lunes, no la tomes solo como una noticia**

El Comité Federal de Mercado Abierto se va a reunir. El mercado rumorea que esta vez podrían dar señales de flexibilización, en otras palabras, que podrían inyectar liquidez. Recuerda la bajada de tipos de diciembre de 2024: el Bitcoin superó directamente los 120.000 dólares y las altcoins subieron un 30% de media. Pero esto tiene un patrón: las expectativas y la realidad a menudo no coinciden.

Si la reunión deja entrever la posibilidad de una bajada de tipos, las expectativas de liquidez impulsarán la entrada de capital. ¿Y si no? El mercado también votará con los pies. Las declaraciones de los responsables de política monetaria siempre son ambiguas, lo importante es fijarse en los matices sutiles del comunicado posterior.

**El dato de IPC del martes es la verdadera prueba**

La cifra de inflación te dirá la temperatura real de la economía. Si el IPC es inferior al 3%, significa que la presión de los precios se está aliviando y hay más motivos para bajar los tipos. Un caso típico fue en noviembre del año pasado: tras la publicación del dato, en solo media hora el BTC subió 5.000 dólares y las liquidaciones de cortos alcanzaron los 2.000 millones.

Pero hay un detalle a tener en cuenta: si antes de la publicación de los datos el precio ya empieza a moverse, es muy probable que las instituciones estén posicionándose con antelación. En estos casos, hay que tener cuidado con el “vender con la noticia” tras cumplirse las expectativas, no dejes que una subida puntual te nuble el juicio.

**El miércoles podría resolverse todo directamente**

Si la Fed realmente anuncia una bajada de 25 puntos básicos, sería inyectar certeza al mercado. Los datos históricos muestran que cada vez que se inicia un ciclo de bajadas de tipos, el Bitcoin suele experimentar subidas notables en las semanas siguientes. Pero esta vez hay un factor variable: la actitud de otros bancos centrales a nivel global. Un relajamiento unilateral y una relajación coordinada no tienen el mismo efecto.

En definitiva, esta semana se trata de observar el pulso entre las expectativas de política y las declaraciones reales. Los datos hablarán, pero más importante aún será ver cómo vota el dinero con los pies.