“Vivir en el presente” no significa no pensar, sino que el pensamiento se convierta en una herramienta, ¡no en el dueño!

🍂 Me encanta esta escena de otoño e invierno.

El mejor lugar de esta estación,
no son los colores,
sino el ritmo.

Los árboles van soltando lentamente,
las calles se extienden en silencio,
no hay nada que necesite ser apresurado,

Algunas respuestas,
solo aparecen cuando “estamos caminando”.

Después de construir el @E5@,
además de mantener el hábito de caminar diez mil pasos al día,
y compartir las reflexiones sobre inversión con todos,
lo que más me gusta es el proceso de cada persona caminando,
y las hermosas vistas que capturan.

Muchas cosas hermosas,
ideas que iluminan la mente,
surgen inadvertidamente,
mientras caminamos.

Recomiendo un libro que escuché hoy durante mi paseo:
《El poder del ahora》
Este libro requiere una lectura atenta y profunda,
me dio una advertencia muy aguda pero efectiva:
mucho sufrimiento en realidad proviene de la mente que no puede detenerse:
un ruido de “pensamiento compulsivo”.

¿Alguna vez has pensado,
que en la mayoría de las veces,
no es que “no tengamos suficiente capacidad de pensar”,
sino que “pensamos en modo automático”?
En pocas palabras, es fácil divagar.

Hay un punto clave en el libro:
para la vida,
el único momento real que sucede,
es este momento.

El pasado aparece en el presente en forma de “recuerdo”,
el futuro en forma de “imaginación/preocupación”.
El problema no está en la memoria o en los planes en sí,
sino en si estamos siendo consumidos inconscientemente por ellos,
¡y no podemos vivir en el presente!

Lo valioso es que,
este libro ofrece métodos de práctica deliberada,

Práctica A: observar los pensamientos (soltar el “yo=pensamiento”)
Práctica B: volver a las sensaciones (enfocar la atención en el aquí y ahora)

En cuanto a la inversión:
he descubierto que lo que más consume energía,
no es pensar en sí mismo,
sino el desgaste interno al cambiar de tarea.

En las relaciones:
esa frase del libro “No atacar, no defender, no analizar”
me resulta especialmente útil—
cuando puedo volver al presente en medio de un conflicto,
muchas conversaciones no se deslizan hacia “quién tiene razón”,
sino que vuelven a “cómo podemos mejorar juntos”.

Lo que más me impactó de este libro no es la metafísica,
sino una respuesta muy sencilla:
recuperar el control de las decisiones del reaccionar automático.

Cuando puedo “ver” los pensamientos cuando llegan,
“permitir” las emociones cuando aparecen,
“estar presente” antes de comunicar en una relación,
la vida no se vuelve instantáneamente más fácil,
pero sí más clara y con más fuerza.

Al igual que en esta hermosa escena del presente,
solo quiero mirar el paisaje,
¡y dejar de pensar en otra cosa!