La inteligencia es fácil de replicar. Puedes descargar pesos, bifurcar arquitecturas y afinar para siempre.
Pero no puedes desplegar esa inteligencia a gran escala si alguien más controla la inferencia: precios, cuotas, KYC, regiones y cambios de políticas que pueden cambiar de la noche a la mañana.
A medida que la IA pasa de chatbots a agentes, Gate se convierte en el punto crítico.
¿Quién puede ejecutar, cuándo, con qué latencia, en qué hardware, bajo qué reglas.... y qué sucede cuando te limitan de 200 ms a 2 segundos.
Los modelos seguirán mejorando. Los rails deciden qué modelos encuentran usuarios.
Quien controla el acceso a la inferencia no solo da forma a los productos.
Ellos dan forma a la realidad.
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Un modelo no es un foso.
La inteligencia es fácil de replicar.
Puedes descargar pesos, bifurcar arquitecturas y afinar para siempre.
Pero no puedes desplegar esa inteligencia a gran escala si alguien más controla la inferencia: precios, cuotas, KYC, regiones y cambios de políticas que pueden cambiar de la noche a la mañana.
A medida que la IA pasa de chatbots a agentes, Gate se convierte en el punto crítico.
¿Quién puede ejecutar, cuándo, con qué latencia, en qué hardware, bajo qué reglas.... y qué sucede cuando te limitan de 200 ms a 2 segundos.
Los modelos seguirán mejorando.
Los rails deciden qué modelos encuentran usuarios.
Quien controla el acceso a la inferencia no solo da forma a los productos.
Ellos dan forma a la realidad.