¿Por qué el oro se ha convertido en el favorito de los inversores?
El oro ha sido desde la antigüedad un activo importante en la economía, gracias a su alta densidad, buena ductilidad y resistencia excepcional, ha superado ampliamente la base monetaria y se ha aplicado en joyería, industria y otros campos. Aunque en los últimos 50 años el precio del oro ha experimentado frecuentes volatilidades, la tendencia general ha sido al alza, especialmente en 2025, cuando alcanzó récords históricos consecutivos, atrayendo la atención de inversores de todo el mundo. Entonces, ¿podrá esta tendencia de subida de 50 años extenderse a las próximas cinco décadas? ¿Cuál es realmente el criterio para juzgar el precio del oro? ¿Es más adecuado para una asignación a largo plazo o para operaciones a corto plazo?
Desde la disolución del sistema de Bretton Woods: un aumento sorprendente en el precio del oro en 50 años
Para entender el precio moderno del oro, hay que remontarse a 1971. Ese año, el presidente de EE. UU., Nixon, anunció la desvinculación del dólar del oro, rompiendo el sistema de Bretton Woods que había estado vigente desde la posguerra. Hasta entonces, el precio mundial del oro se fijaba en 35 dólares por onza, y hoy el precio spot ha subido a cerca de 4,300 dólares, ¡un aumento de más de 120 veces en 50 años!
Especialmente desde 2024, el aumento de conflictos geopolíticos y la acumulación de reservas de oro por parte de los bancos centrales globales han impulsado el precio del oro a nuevos máximos. Solo en 2024, el incremento fue superior al 104%, y en la primera mitad de 2025, impulsado por diversos factores compuestos, ha alcanzado récords históricos una y otra vez.
Cuatro fases principales de subida: los ciclos del precio del oro
Primera fase: 1970-1975, rápida subida
Tras la desvinculación del dólar, se desencadenó una crisis de confianza, y el precio internacional del oro subió de 35 a 183 dólares, un aumento superior al 400%. Al principio, la gente temía por el futuro del dólar y prefería poseer oro; luego, con la crisis del petróleo y la emisión adicional de dinero por EE. UU. para estimular los precios, el precio del oro se disparó aún más. Tras la crisis, el precio volvió a niveles cercanos a los 100 dólares.
Segunda fase: 1976-1980, volatilidad intensa
De 104 a 850 dólares, un aumento de más del 700%. Este ciclo fue provocado por la segunda crisis del petróleo en Oriente Medio y la inestabilidad geopolítica, incluyendo la crisis de los rehenes en Irán y la invasión soviética de Afganistán, que generaron recesión global e inflación elevada. Sin embargo, debido a un exceso en la subida, tras la estabilización la tendencia se corrigió rápidamente.
Tercera fase: 2001-2011, una década de gran tendencia alcista
El 11 de septiembre de 2001 provocó una demanda global de activos seguros, y el precio del oro subió de 260 a 1,921 dólares, un incremento superior al 700%, en 10 años. Durante este período, EE. UU. implementó políticas de flexibilización monetaria para afrontar gastos militares, estimulando el mercado inmobiliario con tasas bajas, lo que finalmente desencadenó la crisis financiera de 2008. Los bancos centrales lanzaron programas de flexibilización cuantitativa, elevando aún más el precio del oro, hasta que en 2011, tras la crisis de la deuda europea, alcanzó un pico.
Cuarta fase: desde 2015, una nueva ola de impulso
En los últimos diez años, el precio del oro ha sido impulsado por políticas de tipos de interés negativos, desdolarización global, nuevas rondas de QE, la guerra entre Rusia y Ucrania, conflictos en Oriente Medio y otros factores, subiendo de 1,060 a cerca de 4,300 dólares. La tendencia en 2024-2025 ha sido especialmente dramática, con el oro alcanzando más de 2,800 dólares en momentos, estableciendo récords históricos sin precedentes.
Oro vs acciones vs bonos: la verdad sobre los rendimientos de inversión
Si observamos en un marco de 50 años:
Oro: aumento de 120 veces
Acciones (índice Dow Jones): de 900 a 46,000 puntos, aproximadamente 51 veces
Bonos: ingresos fijos, pero en ciclos de subida de tasas puede experimentar pérdidas
Pero esto no muestra toda la realidad. La rentabilidad del oro proviene del diferencial de precio, sin generar intereses; los bonos dependen de cuotas de interés; las acciones provienen del crecimiento empresarial. En cuanto a dificultad de inversión, los bonos son los más sencillos, el oro es intermedio y las acciones los más complejos. Sin embargo, si miramos los últimos 30 años, las acciones han tenido un rendimiento aún mejor, seguidas por el oro.
¿Es más recomendable mantener oro a largo plazo o hacer operaciones de swing?
La conclusión es: el oro es más adecuado para operaciones de swing, no para una simple inversión a largo plazo.
Aunque la tendencia general en 50 años ha sido al alza, hubo un período de aproximadamente 20 años (1980-2000) de lateralidad, y si se comprara en ese momento, habría que esperar medio siglo para ver resultados, lo cual no es realista para la mayoría.
No obstante, dado que los costos de extracción del oro aumentan cada año, los mínimos de retroceso tras cada ciclo alcista también se elevan gradualmente. Esto significa que incluso en fases bajistas, el oro tiene un soporte en sus mínimos. Los operadores inteligentes deberían aprovechar las tendencias alcistas claras, entrar en los momentos de caída rápida y esperar en calma, en lugar de mantenerlo a largo plazo sin más.
Cinco formas de invertir en oro
Oro físico: compra directa de lingotes, fácil de ocultar y usar como joyería, pero con menor liquidez
Certificados de oro: depósitos en bancos, fáciles de transportar, pero con grandes diferenciales y sin intereses
ETF de oro: similares a los certificados, con mayor liquidez, se pueden negociar libremente, pero con comisiones de gestión
Futuros de oro: operaciones con margen, permiten posiciones largas y cortas, apalancamiento que amplifica beneficios, ideales para swing trading
Contratos por diferencia (CFD) de oro: herramientas de margen más flexibles, alto uso del capital, mecanismo T+0, bajo umbral, especialmente para pequeños inversores en operaciones a corto plazo
El CFD tiene la ventaja de ofrecer flexibilidad en horarios de negociación, bajo capital inicial, y para inversores con recursos limitados, es una buena opción. Si se prevé que el precio del oro subirá, se puede hacer long para obtener beneficios; si se prevé una caída, se puede hacer short. La doble vía permite aprovechar mejor las oportunidades del mercado.
La clave del equilibrio en la asignación de activos y los ciclos económicos
Durante la expansión económica, las ganancias empresariales son prometedoras, las acciones son preferidas, y los bonos y el oro son menos populares; en recesión, esto se invierte, y el oro y los bonos, con su función de preservación de valor y rentas fijas, se convierten en las principales opciones de protección.
La estrategia más sólida es ajustar la proporción de acciones, bonos y oro según el perfil de riesgo y los objetivos de inversión. Eventos imprevistos como la guerra en Ucrania o la inflación y subida de tasas demuestran que una asignación diversificada puede mitigar eficazmente la volatilidad de un solo activo, haciendo la cartera más estable.
Conclusión
El oro, como activo de inversión, ha demostrado su valor en 50 años. Sin embargo, su oportunidad radica en aprovechar los ciclos del mercado, no en mantenerlo a largo plazo sin más. Cuando posees una cartera diversificada con acciones, bonos y oro, incluso en mercados volátiles y con eventos imprevistos, puedes mantener un ritmo de inversión más estable.
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Gráfico de tendencia del oro en Taiwán en 10 años en auge | ¿Podrá continuar la tendencia alcista de medio siglo pasado?
¿Por qué el oro se ha convertido en el favorito de los inversores?
El oro ha sido desde la antigüedad un activo importante en la economía, gracias a su alta densidad, buena ductilidad y resistencia excepcional, ha superado ampliamente la base monetaria y se ha aplicado en joyería, industria y otros campos. Aunque en los últimos 50 años el precio del oro ha experimentado frecuentes volatilidades, la tendencia general ha sido al alza, especialmente en 2025, cuando alcanzó récords históricos consecutivos, atrayendo la atención de inversores de todo el mundo. Entonces, ¿podrá esta tendencia de subida de 50 años extenderse a las próximas cinco décadas? ¿Cuál es realmente el criterio para juzgar el precio del oro? ¿Es más adecuado para una asignación a largo plazo o para operaciones a corto plazo?
Desde la disolución del sistema de Bretton Woods: un aumento sorprendente en el precio del oro en 50 años
Para entender el precio moderno del oro, hay que remontarse a 1971. Ese año, el presidente de EE. UU., Nixon, anunció la desvinculación del dólar del oro, rompiendo el sistema de Bretton Woods que había estado vigente desde la posguerra. Hasta entonces, el precio mundial del oro se fijaba en 35 dólares por onza, y hoy el precio spot ha subido a cerca de 4,300 dólares, ¡un aumento de más de 120 veces en 50 años!
Especialmente desde 2024, el aumento de conflictos geopolíticos y la acumulación de reservas de oro por parte de los bancos centrales globales han impulsado el precio del oro a nuevos máximos. Solo en 2024, el incremento fue superior al 104%, y en la primera mitad de 2025, impulsado por diversos factores compuestos, ha alcanzado récords históricos una y otra vez.
Cuatro fases principales de subida: los ciclos del precio del oro
Primera fase: 1970-1975, rápida subida
Tras la desvinculación del dólar, se desencadenó una crisis de confianza, y el precio internacional del oro subió de 35 a 183 dólares, un aumento superior al 400%. Al principio, la gente temía por el futuro del dólar y prefería poseer oro; luego, con la crisis del petróleo y la emisión adicional de dinero por EE. UU. para estimular los precios, el precio del oro se disparó aún más. Tras la crisis, el precio volvió a niveles cercanos a los 100 dólares.
Segunda fase: 1976-1980, volatilidad intensa
De 104 a 850 dólares, un aumento de más del 700%. Este ciclo fue provocado por la segunda crisis del petróleo en Oriente Medio y la inestabilidad geopolítica, incluyendo la crisis de los rehenes en Irán y la invasión soviética de Afganistán, que generaron recesión global e inflación elevada. Sin embargo, debido a un exceso en la subida, tras la estabilización la tendencia se corrigió rápidamente.
Tercera fase: 2001-2011, una década de gran tendencia alcista
El 11 de septiembre de 2001 provocó una demanda global de activos seguros, y el precio del oro subió de 260 a 1,921 dólares, un incremento superior al 700%, en 10 años. Durante este período, EE. UU. implementó políticas de flexibilización monetaria para afrontar gastos militares, estimulando el mercado inmobiliario con tasas bajas, lo que finalmente desencadenó la crisis financiera de 2008. Los bancos centrales lanzaron programas de flexibilización cuantitativa, elevando aún más el precio del oro, hasta que en 2011, tras la crisis de la deuda europea, alcanzó un pico.
Cuarta fase: desde 2015, una nueva ola de impulso
En los últimos diez años, el precio del oro ha sido impulsado por políticas de tipos de interés negativos, desdolarización global, nuevas rondas de QE, la guerra entre Rusia y Ucrania, conflictos en Oriente Medio y otros factores, subiendo de 1,060 a cerca de 4,300 dólares. La tendencia en 2024-2025 ha sido especialmente dramática, con el oro alcanzando más de 2,800 dólares en momentos, estableciendo récords históricos sin precedentes.
Oro vs acciones vs bonos: la verdad sobre los rendimientos de inversión
Si observamos en un marco de 50 años:
Pero esto no muestra toda la realidad. La rentabilidad del oro proviene del diferencial de precio, sin generar intereses; los bonos dependen de cuotas de interés; las acciones provienen del crecimiento empresarial. En cuanto a dificultad de inversión, los bonos son los más sencillos, el oro es intermedio y las acciones los más complejos. Sin embargo, si miramos los últimos 30 años, las acciones han tenido un rendimiento aún mejor, seguidas por el oro.
¿Es más recomendable mantener oro a largo plazo o hacer operaciones de swing?
La conclusión es: el oro es más adecuado para operaciones de swing, no para una simple inversión a largo plazo.
Aunque la tendencia general en 50 años ha sido al alza, hubo un período de aproximadamente 20 años (1980-2000) de lateralidad, y si se comprara en ese momento, habría que esperar medio siglo para ver resultados, lo cual no es realista para la mayoría.
No obstante, dado que los costos de extracción del oro aumentan cada año, los mínimos de retroceso tras cada ciclo alcista también se elevan gradualmente. Esto significa que incluso en fases bajistas, el oro tiene un soporte en sus mínimos. Los operadores inteligentes deberían aprovechar las tendencias alcistas claras, entrar en los momentos de caída rápida y esperar en calma, en lugar de mantenerlo a largo plazo sin más.
Cinco formas de invertir en oro
El CFD tiene la ventaja de ofrecer flexibilidad en horarios de negociación, bajo capital inicial, y para inversores con recursos limitados, es una buena opción. Si se prevé que el precio del oro subirá, se puede hacer long para obtener beneficios; si se prevé una caída, se puede hacer short. La doble vía permite aprovechar mejor las oportunidades del mercado.
La clave del equilibrio en la asignación de activos y los ciclos económicos
Durante la expansión económica, las ganancias empresariales son prometedoras, las acciones son preferidas, y los bonos y el oro son menos populares; en recesión, esto se invierte, y el oro y los bonos, con su función de preservación de valor y rentas fijas, se convierten en las principales opciones de protección.
La estrategia más sólida es ajustar la proporción de acciones, bonos y oro según el perfil de riesgo y los objetivos de inversión. Eventos imprevistos como la guerra en Ucrania o la inflación y subida de tasas demuestran que una asignación diversificada puede mitigar eficazmente la volatilidad de un solo activo, haciendo la cartera más estable.
Conclusión
El oro, como activo de inversión, ha demostrado su valor en 50 años. Sin embargo, su oportunidad radica en aprovechar los ciclos del mercado, no en mantenerlo a largo plazo sin más. Cuando posees una cartera diversificada con acciones, bonos y oro, incluso en mercados volátiles y con eventos imprevistos, puedes mantener un ritmo de inversión más estable.