La inversión en oro ha aumentado más de cien veces en 50 años|¿Aún hay espacio para una tendencia alcista en el precio del oro desde el año 90 de la República?
El oro, como una herramienta importante de reserva de valor, desempeña un papel imprescindible en la economía humana. Debido a sus características de alta densidad, gran ductilidad y facilidad de almacenamiento, no solo se utiliza como medio de intercambio, sino que también tiene aplicaciones en joyería, industria y otros campos. Observando el mercado del oro en medio siglo, aunque ha tenido altibajos, en general presenta una tendencia al alza, especialmente en 2025, que ha alcanzado nuevos máximos históricos. Entonces, ¿seguirá esta tendencia alcista de 50 años? ¿Cómo se puede determinar la dirección futura del precio del oro? ¿Es mejor mantenerlo a largo plazo o hacer operaciones de swing? Este artículo te ofrecerá un análisis profundo.
Análisis de las cinco principales formas de inversión en oro
Para invertir en oro, los inversores tienen varias opciones:
1. Oro físico — Compra directa de lingotes o joyas, con la ventaja de mayor privacidad de activos, pero con menor liquidez en transacciones.
2. Certificados de depósito de oro — Similar a los certificados tradicionales de custodia, los ciudadanos pueden comprar y vender libremente y registrar en un libro, soportando la conversión entre físico y certificado. La ventaja es la portabilidad, pero los bancos no pagan intereses y el diferencial de compra-venta es amplio, siendo adecuado para inversores a largo plazo.
3. ETF de oro — Más líquido que los certificados de depósito, cada acción corresponde a una cierta cantidad de onzas de oro, facilitando la negociación pero con costos de gestión. Si el mercado se mantiene estable durante mucho tiempo, el valor puede depreciarse lentamente.
4. Futuros de oro y Contratos por Diferencia (CFD) — Herramientas más utilizadas por los minoristas, con apalancamiento que puede amplificar beneficios, permitiendo operaciones en ambas direcciones. Los CFDs tienen costos de transacción más bajos, mayor eficiencia del capital y un umbral de entrada relativamente bajo, especialmente adecuados para minoristas con fondos limitados para operaciones a corto plazo.
5. Fondos relacionados con el oro — Gestionados por gestores de fondos, reducen el riesgo de inversión personal.
Para los operadores a corto plazo, elegir futuros de oro o CFD(CFD) tiene ventajas, ya que ofrecen mayor flexibilidad en el tiempo de operación y menor requerimiento de capital.
Desde 2001 hasta hoy: revisión de los 50 años de tendencia alcista del oro
Fin del sistema de Bretton Woods
Tras la Segunda Guerra Mundial y hasta 1971, EE. UU. buscaba mantener su posición como moneda de liquidación mundial, vinculando las monedas nacionales al dólar, y este a su vez al oro, estableciendo que 1 onza de oro podía cambiarse por 35 dólares. Este sistema se llamó sistema de Bretton Woods, y el dólar era en realidad un cupón de canje por oro.
Sin embargo, con el crecimiento del comercio internacional, la extracción de oro no pudo seguir el ritmo de la demanda, y además, EE. UU. sufrió una gran fuga de oro. En 1971, el presidente Nixon anunció la desconexión del dólar con el oro, poniendo fin oficialmente al sistema de Bretton Woods.
Desde 1971 hasta 2025, el precio del oro experimentó cuatro ciclos principales de subida:
Primera fase (1970-1975): crisis de confianza en el dólar
Tras la desconexión, el oro internacional subió de 35 a 183 dólares por onza, con un incremento superior al 400%, durante aproximadamente 5 años. La subida inicial fue por la pérdida de confianza en el dólar, ya que dejó de ser convertible en oro, y los inversores preferían mantener oro. Posteriormente, debido a la primera crisis del petróleo, EE. UU. emitió más dinero para comprar petróleo, elevando aún más el precio del oro. Tras la crisis, la confianza en el dólar se recuperó y el precio del oro cayó cerca de 100 dólares.
Segunda fase (1976-1980): aumento por crisis geopolítica
El oro subió de 104 a 850 dólares por onza, con un incremento superior al 700%, en unos 3 años. Crisis del petróleo en Oriente Medio, la crisis de los rehenes en Irán, la invasión soviética de Afganistán y otros eventos geopolíticos agravaron la recesión global, impulsando la inflación en países occidentales y provocando una fuerte subida del oro. Sin embargo, tras la resolución de la crisis y la disolución de la URSS, el precio cayó rápidamente, fluctuando entre 200 y 300 dólares durante los siguientes 20 años.
Tercera fase (2001-2011): terrorismo y crisis financiera
El 11 de septiembre de 2001 cambió la percepción global, EE. UU. inició una década de lucha antiterrorista mundial. Para pagar los costos militares, el gobierno redujo tasas, emitió deuda y elevó los precios de la vivienda, lo que llevó a la burbuja inmobiliaria y, finalmente, a la crisis financiera de 2008. Para salvar la economía, EE. UU. implementó QE, y el oro entró en una tendencia alcista de 10 años, subiendo de 260 a 1921 dólares, con un incremento superior al 700%. Tras la crisis de la deuda europea, el oro alcanzó un pico en su ciclo, y luego, con la intervención de la UE y el apoyo del Banco Mundial, estabilizó su precio en torno a los 1000 dólares.
Cuarta fase (2015-presente): aumento por compras de bancos centrales y riesgos geopolíticos
En la última década, el precio del oro volvió a subir, desde 1060 hasta superar los 2000 dólares. Políticas de tasas negativas en Japón y Europa, desdolarización global, QE en EE. UU. en 2020, la guerra entre Rusia y Ucrania en 2022, conflictos en Palestina y la crisis en el Mar Rojo en 2023, entre otros factores, impulsaron el precio del oro.
En 2024, la situación fue aún más intensa. A principios de año, el precio inició una fuerte tendencia alcista, alcanzando en octubre un pico de 2800 dólares por onza, marcando un nuevo récord histórico. Riesgos en la política económica de EE. UU., aumento de reservas de oro por parte de bancos centrales, inestabilidad geopolítica, fueron los principales impulsores. Entrando en 2025, la escalada en Oriente Medio, la incertidumbre en el conflicto Rusia-Ucrania, las políticas arancelarias de EE. UU., la volatilidad en los mercados bursátiles globales y la debilidad del dólar, continuaron impulsando el oro, alcanzando récords históricos varias veces, llegando a superar los 4300 dólares por onza.
Datos destacados
Desde 1971 hasta hoy, el oro ha aumentado más de 120 veces. En comparación, el índice Dow Jones subió de 900 a 46000 puntos, un incremento de aproximadamente 51 veces. Desde una perspectiva de 50 años, la rentabilidad del oro no es inferior a la del mercado de acciones, e incluso puede ser superior. A principios de 2025, el oro subió de 2690 a aproximadamente 4200 dólares por onza en octubre, con un incremento superior al 56%.
¿Es buena inversión el oro? ¿Mantener a largo plazo vs. operar en swing
Las ventajas y desventajas de invertir en oro deben compararse en conjunto. A largo plazo, en 50 años, la inversión en oro ha multiplicado por 120 su valor, con beneficios considerables. Pero la cuestión clave es: el precio del oro no sube de forma continua y estable. Entre 1980 y 2000, el precio osciló entre 200 y 300 dólares durante 20 años, sin obtener beneficios si se invirtió en ese período. ¿Cuántos años de vida tenemos para esperar 50 años?
Por ello, la conclusión es: el oro es una herramienta de inversión de calidad, pero es más adecuado hacer operaciones de swing en momentos de mercado, en lugar de mantenerlo simplemente a largo plazo.
Otra característica importante es que, dado que el oro es un recurso natural, los costos y dificultades de extracción aumentan con el tiempo. Aunque tras un ciclo alcista el precio pueda caer, cada mínimo se va elevando progresivamente. Esto significa que, al invertir, no hay que temer que el precio caiga a valores insignificantes, sino que la clave está en aprovechar los mínimos que se van elevando gradualmente.
Comparación de rentabilidad: oro vs. acciones vs. bonos
Las tres clases de activos tienen diferentes fuentes de rentabilidad:
Oro: Principalmente por diferencia de precio, sin intereses, enfatizando en el timing de entrada y salida.
Bonos: Por intereses, requiriendo incrementar la inversión para obtener beneficios, y considerando las políticas de los bancos centrales.
Acciones: Por la valorización de las empresas, aptas para mantener a largo plazo en empresas seleccionadas de calidad.
En dificultad de inversión, los bonos son los más sencillos, el oro en medio y las acciones los más complejos.
En cuanto a rentabilidad, aunque en los últimos 50 años el oro ha sido el mejor, si se mira en los últimos 30 años, las acciones han tenido un rendimiento superior, seguidas del oro y luego los bonos.
Para ganar dinero con el oro, hay que captar los ciclos de tendencia, que suelen ser ciclos de tendencia alcista, caídas rápidas, períodos de estabilidad y nuevos ciclos alcistas. Aprovechar los ciclos de tendencia alcista o caídas rápidas puede generar beneficios mucho mayores que los bonos o las acciones.
Estrategia de asignación de activos: seguir el ciclo económico
La regla básica es: en períodos de crecimiento económico, invertir en acciones; en recesión, en oro.
Cuando la economía va bien, las ganancias empresariales son favorables, las acciones suben fácilmente, y los bonos y el oro, al no generar intereses, son menos atractivos. En recesión, las ganancias empresariales caen, las acciones pierden interés, y el oro y los bonos, por su carácter de reserva de valor y rentas fijas, atraen capital.
Una estrategia más prudente es ajustar la proporción de acciones, bonos y oro según el perfil de riesgo y objetivos de inversión. Dado que el mercado cambia rápidamente y eventos políticos y económicos importantes (como la guerra en Ucrania, la inflación y las subidas de tasas) pueden ocurrir en cualquier momento, mantener una cartera diversificada en diferentes activos ayuda a mitigar riesgos y a hacer la inversión más estable.
La trayectoria del precio del oro desde 2001 en adelante demuestra claramente que, aunque no es una vía rápida para enriquecerse de la noche a la mañana, como parte de una estrategia de asignación de activos a largo plazo, su valor de protección y cobertura contra riesgos es indiscutible. La clave está en entender los ciclos del mercado y elegir los momentos adecuados para entrar y salir.
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La inversión en oro ha aumentado más de cien veces en 50 años|¿Aún hay espacio para una tendencia alcista en el precio del oro desde el año 90 de la República?
El oro, como una herramienta importante de reserva de valor, desempeña un papel imprescindible en la economía humana. Debido a sus características de alta densidad, gran ductilidad y facilidad de almacenamiento, no solo se utiliza como medio de intercambio, sino que también tiene aplicaciones en joyería, industria y otros campos. Observando el mercado del oro en medio siglo, aunque ha tenido altibajos, en general presenta una tendencia al alza, especialmente en 2025, que ha alcanzado nuevos máximos históricos. Entonces, ¿seguirá esta tendencia alcista de 50 años? ¿Cómo se puede determinar la dirección futura del precio del oro? ¿Es mejor mantenerlo a largo plazo o hacer operaciones de swing? Este artículo te ofrecerá un análisis profundo.
Análisis de las cinco principales formas de inversión en oro
Para invertir en oro, los inversores tienen varias opciones:
1. Oro físico — Compra directa de lingotes o joyas, con la ventaja de mayor privacidad de activos, pero con menor liquidez en transacciones.
2. Certificados de depósito de oro — Similar a los certificados tradicionales de custodia, los ciudadanos pueden comprar y vender libremente y registrar en un libro, soportando la conversión entre físico y certificado. La ventaja es la portabilidad, pero los bancos no pagan intereses y el diferencial de compra-venta es amplio, siendo adecuado para inversores a largo plazo.
3. ETF de oro — Más líquido que los certificados de depósito, cada acción corresponde a una cierta cantidad de onzas de oro, facilitando la negociación pero con costos de gestión. Si el mercado se mantiene estable durante mucho tiempo, el valor puede depreciarse lentamente.
4. Futuros de oro y Contratos por Diferencia (CFD) — Herramientas más utilizadas por los minoristas, con apalancamiento que puede amplificar beneficios, permitiendo operaciones en ambas direcciones. Los CFDs tienen costos de transacción más bajos, mayor eficiencia del capital y un umbral de entrada relativamente bajo, especialmente adecuados para minoristas con fondos limitados para operaciones a corto plazo.
5. Fondos relacionados con el oro — Gestionados por gestores de fondos, reducen el riesgo de inversión personal.
Para los operadores a corto plazo, elegir futuros de oro o CFD(CFD) tiene ventajas, ya que ofrecen mayor flexibilidad en el tiempo de operación y menor requerimiento de capital.
Desde 2001 hasta hoy: revisión de los 50 años de tendencia alcista del oro
Fin del sistema de Bretton Woods
Tras la Segunda Guerra Mundial y hasta 1971, EE. UU. buscaba mantener su posición como moneda de liquidación mundial, vinculando las monedas nacionales al dólar, y este a su vez al oro, estableciendo que 1 onza de oro podía cambiarse por 35 dólares. Este sistema se llamó sistema de Bretton Woods, y el dólar era en realidad un cupón de canje por oro.
Sin embargo, con el crecimiento del comercio internacional, la extracción de oro no pudo seguir el ritmo de la demanda, y además, EE. UU. sufrió una gran fuga de oro. En 1971, el presidente Nixon anunció la desconexión del dólar con el oro, poniendo fin oficialmente al sistema de Bretton Woods.
Desde 1971 hasta 2025, el precio del oro experimentó cuatro ciclos principales de subida:
Primera fase (1970-1975): crisis de confianza en el dólar
Tras la desconexión, el oro internacional subió de 35 a 183 dólares por onza, con un incremento superior al 400%, durante aproximadamente 5 años. La subida inicial fue por la pérdida de confianza en el dólar, ya que dejó de ser convertible en oro, y los inversores preferían mantener oro. Posteriormente, debido a la primera crisis del petróleo, EE. UU. emitió más dinero para comprar petróleo, elevando aún más el precio del oro. Tras la crisis, la confianza en el dólar se recuperó y el precio del oro cayó cerca de 100 dólares.
Segunda fase (1976-1980): aumento por crisis geopolítica
El oro subió de 104 a 850 dólares por onza, con un incremento superior al 700%, en unos 3 años. Crisis del petróleo en Oriente Medio, la crisis de los rehenes en Irán, la invasión soviética de Afganistán y otros eventos geopolíticos agravaron la recesión global, impulsando la inflación en países occidentales y provocando una fuerte subida del oro. Sin embargo, tras la resolución de la crisis y la disolución de la URSS, el precio cayó rápidamente, fluctuando entre 200 y 300 dólares durante los siguientes 20 años.
Tercera fase (2001-2011): terrorismo y crisis financiera
El 11 de septiembre de 2001 cambió la percepción global, EE. UU. inició una década de lucha antiterrorista mundial. Para pagar los costos militares, el gobierno redujo tasas, emitió deuda y elevó los precios de la vivienda, lo que llevó a la burbuja inmobiliaria y, finalmente, a la crisis financiera de 2008. Para salvar la economía, EE. UU. implementó QE, y el oro entró en una tendencia alcista de 10 años, subiendo de 260 a 1921 dólares, con un incremento superior al 700%. Tras la crisis de la deuda europea, el oro alcanzó un pico en su ciclo, y luego, con la intervención de la UE y el apoyo del Banco Mundial, estabilizó su precio en torno a los 1000 dólares.
Cuarta fase (2015-presente): aumento por compras de bancos centrales y riesgos geopolíticos
En la última década, el precio del oro volvió a subir, desde 1060 hasta superar los 2000 dólares. Políticas de tasas negativas en Japón y Europa, desdolarización global, QE en EE. UU. en 2020, la guerra entre Rusia y Ucrania en 2022, conflictos en Palestina y la crisis en el Mar Rojo en 2023, entre otros factores, impulsaron el precio del oro.
En 2024, la situación fue aún más intensa. A principios de año, el precio inició una fuerte tendencia alcista, alcanzando en octubre un pico de 2800 dólares por onza, marcando un nuevo récord histórico. Riesgos en la política económica de EE. UU., aumento de reservas de oro por parte de bancos centrales, inestabilidad geopolítica, fueron los principales impulsores. Entrando en 2025, la escalada en Oriente Medio, la incertidumbre en el conflicto Rusia-Ucrania, las políticas arancelarias de EE. UU., la volatilidad en los mercados bursátiles globales y la debilidad del dólar, continuaron impulsando el oro, alcanzando récords históricos varias veces, llegando a superar los 4300 dólares por onza.
Datos destacados
Desde 1971 hasta hoy, el oro ha aumentado más de 120 veces. En comparación, el índice Dow Jones subió de 900 a 46000 puntos, un incremento de aproximadamente 51 veces. Desde una perspectiva de 50 años, la rentabilidad del oro no es inferior a la del mercado de acciones, e incluso puede ser superior. A principios de 2025, el oro subió de 2690 a aproximadamente 4200 dólares por onza en octubre, con un incremento superior al 56%.
¿Es buena inversión el oro? ¿Mantener a largo plazo vs. operar en swing
Las ventajas y desventajas de invertir en oro deben compararse en conjunto. A largo plazo, en 50 años, la inversión en oro ha multiplicado por 120 su valor, con beneficios considerables. Pero la cuestión clave es: el precio del oro no sube de forma continua y estable. Entre 1980 y 2000, el precio osciló entre 200 y 300 dólares durante 20 años, sin obtener beneficios si se invirtió en ese período. ¿Cuántos años de vida tenemos para esperar 50 años?
Por ello, la conclusión es: el oro es una herramienta de inversión de calidad, pero es más adecuado hacer operaciones de swing en momentos de mercado, en lugar de mantenerlo simplemente a largo plazo.
Otra característica importante es que, dado que el oro es un recurso natural, los costos y dificultades de extracción aumentan con el tiempo. Aunque tras un ciclo alcista el precio pueda caer, cada mínimo se va elevando progresivamente. Esto significa que, al invertir, no hay que temer que el precio caiga a valores insignificantes, sino que la clave está en aprovechar los mínimos que se van elevando gradualmente.
Comparación de rentabilidad: oro vs. acciones vs. bonos
Las tres clases de activos tienen diferentes fuentes de rentabilidad:
En dificultad de inversión, los bonos son los más sencillos, el oro en medio y las acciones los más complejos.
En cuanto a rentabilidad, aunque en los últimos 50 años el oro ha sido el mejor, si se mira en los últimos 30 años, las acciones han tenido un rendimiento superior, seguidas del oro y luego los bonos.
Para ganar dinero con el oro, hay que captar los ciclos de tendencia, que suelen ser ciclos de tendencia alcista, caídas rápidas, períodos de estabilidad y nuevos ciclos alcistas. Aprovechar los ciclos de tendencia alcista o caídas rápidas puede generar beneficios mucho mayores que los bonos o las acciones.
Estrategia de asignación de activos: seguir el ciclo económico
La regla básica es: en períodos de crecimiento económico, invertir en acciones; en recesión, en oro.
Cuando la economía va bien, las ganancias empresariales son favorables, las acciones suben fácilmente, y los bonos y el oro, al no generar intereses, son menos atractivos. En recesión, las ganancias empresariales caen, las acciones pierden interés, y el oro y los bonos, por su carácter de reserva de valor y rentas fijas, atraen capital.
Una estrategia más prudente es ajustar la proporción de acciones, bonos y oro según el perfil de riesgo y objetivos de inversión. Dado que el mercado cambia rápidamente y eventos políticos y económicos importantes (como la guerra en Ucrania, la inflación y las subidas de tasas) pueden ocurrir en cualquier momento, mantener una cartera diversificada en diferentes activos ayuda a mitigar riesgos y a hacer la inversión más estable.
La trayectoria del precio del oro desde 2001 en adelante demuestra claramente que, aunque no es una vía rápida para enriquecerse de la noche a la mañana, como parte de una estrategia de asignación de activos a largo plazo, su valor de protección y cobertura contra riesgos es indiscutible. La clave está en entender los ciclos del mercado y elegir los momentos adecuados para entrar y salir.