El mercado del oro en 2025 experimentó una gran volatilidad, comenzando en un promedio de 3455 dólares por onza y alcanzando un máximo histórico de 4381 dólares a mediados de octubre, para luego retroceder a unos 4065 dólares a finales de noviembre. Este movimiento violento generó intensos debates en los círculos financieros sobre lo que le espera al metal amarillo durante el próximo año.
Factores que respaldan el aumento de los precios del oro en 2026
Demanda constante de nuevos inversores y instituciones
Los datos indican un cambio cualitativo en el comportamiento de los inversores. Las estadísticas de Bloomberg muestran que el 28% de los nuevos inversores en mercados desarrollados añadieron oro a sus carteras por primera vez el año pasado, manteniendo sus posiciones incluso durante correcciones cortas.
Por otro lado, las entradas en fondos cotizados en bolsa de oro (ETFs) aumentaron a 21 mil millones de dólares solo en la primera mitad de 2025, elevando los activos gestionados a 472 mil millones de dólares, un aumento del 6% respecto al trimestre anterior. Este crecimiento se acerca a un pico histórico de 3929 toneladas y refleja una confianza creciente de los inversores institucionales en el futuro del metal.
Los bancos centrales continúan acumulando
Las compras por parte de los bancos centrales no se detuvieron. Los bancos centrales mundiales añadieron 244 toneladas en el primer trimestre de 2025, un aumento del 24% respecto a la media de los últimos cinco años. China lideró esta expansión con 65 toneladas en la primera mitad, logrando 22 meses consecutivos de compras, mientras que Turquía elevó sus reservas por encima de las 600 toneladas.
El indicador más claro es que el 44% de los bancos centrales en todo el mundo gestionan reservas de oro ahora, frente al 37% en 2024. Esto refleja una estrategia clara de diversificación de activos lejos del dólar, una tendencia que se espera continúe con fuerza durante 2026.
La problemática de la oferta y la demanda
Aunque la producción minera alcanzó un récord de (856 toneladas en el primer trimestre), este ligero aumento del 1% no acompañó el salto en la demanda. La situación se agrava por la disminución del oro reciclado en un 1%, ya que los tenedores prefieren mantener sus reservas esperando mayores subidas.
Además, los costos de extracción subieron a 1470 dólares por onza a mediados de 2025, el nivel más alto en una década, lo que limita la expansión de la producción y profundiza la escasez de oferta.
Políticas monetarias acomodaticias
La Reserva Federal de EE. UU. ha reducido las tasas de interés dos veces desde diciembre de 2024, la última en octubre en 25 puntos básicos, hasta situarlas en 3.75-4.00%. Los mercados anticipan una reducción adicional de 25 puntos en diciembre de 2025. Según informes de BlackRock, la Fed podría apuntar a una tasa del 3.4% para finales de 2026.
Esta tendencia reduce los rendimientos reales de los bonos, disminuyendo el costo de oportunidad de invertir en activos no generadores de intereses como el oro, mejorando su atractivo como refugio seguro.
Debilidad del dólar y tensiones geopolíticas
El índice del dólar ha caído aproximadamente un 7.64% desde su pico a principios de 2025 hasta noviembre. Paralelamente, los rendimientos de los bonos estadounidenses a 10 años bajaron del 4.6% al 4.07% en el mismo período. Esta doble caída refuerza la atracción del oro para los inversores extranjeros.
En el ámbito geopolítico, Reuters señala que la incertidumbre geopolítica en 2025 elevó la demanda de oro en un 7% interanual. La continuación o escalada de las tensiones en 2026 podría potenciar aún más el papel del metal como refugio.
Expectativas de los grandes bancos de inversión
Las previsiones de los principales bancos apuntan a un optimismo cauteloso pero calculado:
HSBC espera que el oro alcance los 5000 dólares en la primera mitad de 2026, con un promedio anual de 4600 dólares.
Bank of America elevó su pronóstico a 5000 dólares como pico potencial, con un promedio de 4400 dólares, aunque advierte sobre una corrección a corto plazo para tomar ganancias.
Goldman Sachs ajustó su previsión a 4900 dólares por onza, apoyándose en fuertes flujos hacia fondos de oro y compras continuas de bancos centrales.
J.P. Morgan prevé que el oro llegue a aproximadamente 5055 dólares para mediados de 2026.
El consenso indica un rango entre 4800 y 5000 dólares como pico potencial, con un promedio anual entre 4200 y 4800 dólares.
Desafíos y riesgos
La situación no está exenta de sombras. HSBC advierte que podría producirse una corrección hacia los 4200 dólares en la segunda mitad de 2026 si los inversores optan por realizar ganancias a gran escala, excluyendo una caída más profunda por debajo de 3800 dólares a menos que ocurra un shock económico importante.
Goldman Sachs alerta que mantener los precios por encima de 4800 dólares podría ser una “prueba de credibilidad de precios”, especialmente ante una demanda industrial aún limitada.
No obstante, analistas de J.P. Morgan y Deutsche Bank coinciden en que el oro ha entrado en una nueva zona de precios difícil de romper a la baja, gracias a la transformación estratégica en la percepción de los inversores como un activo a largo plazo.
La imagen técnica a principios de 2026
El oro mantiene la tendencia alcista principal en marcos temporales cortos y medios, con un soporte fuerte en los 4000 dólares. Una ruptura de este nivel con un cierre diario claro podría apuntar a los 3800 dólares (50% Fibonacci) antes de volver a subir.
En resistencia, los 4200 dólares representan la primera línea fuerte, seguidos por 4400 y 4680. El índice de fuerza relativa (RSI) se mantiene en 50, reflejando un mercado en completo equilibrio sin sobrecompra ni sobreventa evidentes. El MACD permanece por encima de cero, confirmando que la tendencia general sigue siendo alcista.
El análisis técnico prevé que el oro se mantenga en un rango lateral con tendencia al alza entre 4000 y 4220 dólares a corto plazo, con una perspectiva general positiva mientras conserve su posición por encima de la línea de tendencia principal.
Conclusión
La pregunta “¿Subirá el precio del oro en 2026?” parece tener una respuesta más inclinada hacia el sí que hacia el no. Con la disminución de los rendimientos reales, la debilidad del dólar, la continuidad de las compras de los bancos centrales y una fuerte demanda institucional, convergen factores que apoyan niveles más altos.
El principal riesgo radica en una toma de ganancias a gran escala y en un shock económico imprevisto. Pero mientras los fundamentos permanezcan, no está lejos la posibilidad de alcanzar los 5000 dólares en 2026. La decisión final dependerá de cómo equilibren los mercados entre la búsqueda de beneficios y la presión constante de los compradores.
Ver originales
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
¿El oro alcanzará su camino hacia los 5000 dólares en 2026?
El mercado del oro en 2025 experimentó una gran volatilidad, comenzando en un promedio de 3455 dólares por onza y alcanzando un máximo histórico de 4381 dólares a mediados de octubre, para luego retroceder a unos 4065 dólares a finales de noviembre. Este movimiento violento generó intensos debates en los círculos financieros sobre lo que le espera al metal amarillo durante el próximo año.
Factores que respaldan el aumento de los precios del oro en 2026
Demanda constante de nuevos inversores y instituciones
Los datos indican un cambio cualitativo en el comportamiento de los inversores. Las estadísticas de Bloomberg muestran que el 28% de los nuevos inversores en mercados desarrollados añadieron oro a sus carteras por primera vez el año pasado, manteniendo sus posiciones incluso durante correcciones cortas.
Por otro lado, las entradas en fondos cotizados en bolsa de oro (ETFs) aumentaron a 21 mil millones de dólares solo en la primera mitad de 2025, elevando los activos gestionados a 472 mil millones de dólares, un aumento del 6% respecto al trimestre anterior. Este crecimiento se acerca a un pico histórico de 3929 toneladas y refleja una confianza creciente de los inversores institucionales en el futuro del metal.
Los bancos centrales continúan acumulando
Las compras por parte de los bancos centrales no se detuvieron. Los bancos centrales mundiales añadieron 244 toneladas en el primer trimestre de 2025, un aumento del 24% respecto a la media de los últimos cinco años. China lideró esta expansión con 65 toneladas en la primera mitad, logrando 22 meses consecutivos de compras, mientras que Turquía elevó sus reservas por encima de las 600 toneladas.
El indicador más claro es que el 44% de los bancos centrales en todo el mundo gestionan reservas de oro ahora, frente al 37% en 2024. Esto refleja una estrategia clara de diversificación de activos lejos del dólar, una tendencia que se espera continúe con fuerza durante 2026.
La problemática de la oferta y la demanda
Aunque la producción minera alcanzó un récord de (856 toneladas en el primer trimestre), este ligero aumento del 1% no acompañó el salto en la demanda. La situación se agrava por la disminución del oro reciclado en un 1%, ya que los tenedores prefieren mantener sus reservas esperando mayores subidas.
Además, los costos de extracción subieron a 1470 dólares por onza a mediados de 2025, el nivel más alto en una década, lo que limita la expansión de la producción y profundiza la escasez de oferta.
Políticas monetarias acomodaticias
La Reserva Federal de EE. UU. ha reducido las tasas de interés dos veces desde diciembre de 2024, la última en octubre en 25 puntos básicos, hasta situarlas en 3.75-4.00%. Los mercados anticipan una reducción adicional de 25 puntos en diciembre de 2025. Según informes de BlackRock, la Fed podría apuntar a una tasa del 3.4% para finales de 2026.
Esta tendencia reduce los rendimientos reales de los bonos, disminuyendo el costo de oportunidad de invertir en activos no generadores de intereses como el oro, mejorando su atractivo como refugio seguro.
Debilidad del dólar y tensiones geopolíticas
El índice del dólar ha caído aproximadamente un 7.64% desde su pico a principios de 2025 hasta noviembre. Paralelamente, los rendimientos de los bonos estadounidenses a 10 años bajaron del 4.6% al 4.07% en el mismo período. Esta doble caída refuerza la atracción del oro para los inversores extranjeros.
En el ámbito geopolítico, Reuters señala que la incertidumbre geopolítica en 2025 elevó la demanda de oro en un 7% interanual. La continuación o escalada de las tensiones en 2026 podría potenciar aún más el papel del metal como refugio.
Expectativas de los grandes bancos de inversión
Las previsiones de los principales bancos apuntan a un optimismo cauteloso pero calculado:
HSBC espera que el oro alcance los 5000 dólares en la primera mitad de 2026, con un promedio anual de 4600 dólares.
Bank of America elevó su pronóstico a 5000 dólares como pico potencial, con un promedio de 4400 dólares, aunque advierte sobre una corrección a corto plazo para tomar ganancias.
Goldman Sachs ajustó su previsión a 4900 dólares por onza, apoyándose en fuertes flujos hacia fondos de oro y compras continuas de bancos centrales.
J.P. Morgan prevé que el oro llegue a aproximadamente 5055 dólares para mediados de 2026.
El consenso indica un rango entre 4800 y 5000 dólares como pico potencial, con un promedio anual entre 4200 y 4800 dólares.
Desafíos y riesgos
La situación no está exenta de sombras. HSBC advierte que podría producirse una corrección hacia los 4200 dólares en la segunda mitad de 2026 si los inversores optan por realizar ganancias a gran escala, excluyendo una caída más profunda por debajo de 3800 dólares a menos que ocurra un shock económico importante.
Goldman Sachs alerta que mantener los precios por encima de 4800 dólares podría ser una “prueba de credibilidad de precios”, especialmente ante una demanda industrial aún limitada.
No obstante, analistas de J.P. Morgan y Deutsche Bank coinciden en que el oro ha entrado en una nueva zona de precios difícil de romper a la baja, gracias a la transformación estratégica en la percepción de los inversores como un activo a largo plazo.
La imagen técnica a principios de 2026
El oro mantiene la tendencia alcista principal en marcos temporales cortos y medios, con un soporte fuerte en los 4000 dólares. Una ruptura de este nivel con un cierre diario claro podría apuntar a los 3800 dólares (50% Fibonacci) antes de volver a subir.
En resistencia, los 4200 dólares representan la primera línea fuerte, seguidos por 4400 y 4680. El índice de fuerza relativa (RSI) se mantiene en 50, reflejando un mercado en completo equilibrio sin sobrecompra ni sobreventa evidentes. El MACD permanece por encima de cero, confirmando que la tendencia general sigue siendo alcista.
El análisis técnico prevé que el oro se mantenga en un rango lateral con tendencia al alza entre 4000 y 4220 dólares a corto plazo, con una perspectiva general positiva mientras conserve su posición por encima de la línea de tendencia principal.
Conclusión
La pregunta “¿Subirá el precio del oro en 2026?” parece tener una respuesta más inclinada hacia el sí que hacia el no. Con la disminución de los rendimientos reales, la debilidad del dólar, la continuidad de las compras de los bancos centrales y una fuerte demanda institucional, convergen factores que apoyan niveles más altos.
El principal riesgo radica en una toma de ganancias a gran escala y en un shock económico imprevisto. Pero mientras los fundamentos permanezcan, no está lejos la posibilidad de alcanzar los 5000 dólares en 2026. La decisión final dependerá de cómo equilibren los mercados entre la búsqueda de beneficios y la presión constante de los compradores.