¿Quién puede obtener beneficios en la era de la inflación? Solo dominando estas estrategias de asignación de activos podrás proteger tu patrimonio

En los últimos años, los precios globales han seguido en aumento, y los bancos centrales de diferentes países han implementado políticas de aumento de tasas para combatir la inflación. Pero, ¿sabías que una inflación moderada puede ser una oportunidad para algunas personas? Este artículo te ayudará a entender en profundidad el fenómeno de la inflación y a encontrar puntos de inversión para aprovecharlo.

¿Qué es exactamente la inflación?

En términos simples, la inflación es un período en el que los precios suben continuamente, lo que provoca una disminución en el poder adquisitivo del dinero. El indicador más utilizado para medir la inflación es el Índice de Precios al Consumidor (CPI), que refleja los cambios en el costo de vida de las familias comunes.

En Taiwán, en los últimos dos años, los precios han subido rápidamente, y el banco central ha aumentado las tasas varias veces para hacer frente a ello. Pero, ¿realmente puede el aumento de tasas resolver la inflación? ¿Qué principios económicos hay detrás de esto?

¿De dónde viene la inflación? Cuatro causas principales para entender de una vez

La causa fundamental de la inflación es que la cantidad de dinero en circulación supera la capacidad de la economía, es decir, hay demasiado dinero persiguiendo muy pocos bienes. Pero los factores específicos que provocan la inflación son estos:

Demanda agregada

Cuando aumenta la demanda de consumo, tanto la producción como los precios de los bienes suben, y las ganancias de las empresas también aumentan. Tras obtener beneficios, las empresas invierten y consumen más, formando un ciclo de retroalimentación positiva. Aunque esta “inflación por demanda” eleva los precios, también impulsa el crecimiento económico (aumento del PIB), por lo que a los gobiernos les gusta estimular la demanda.

Impacto de los costos

La “inflación por costos” causada por el aumento en los precios de las materias primas es la más problemática. Durante el conflicto entre Rusia y Ucrania en 2022, las importaciones desde Rusia en Europa se vieron obstaculizadas, y los precios de la energía se multiplicaron por 10, alcanzando tasas de CPI en la zona euro superiores al 10%, marcando récords históricos. Este tipo de inflación puede reducir la producción social y hacer que el PIB se contraiga, una situación que ningún gobierno desea.

Emisión excesiva de dinero

Imprimir dinero sin control por parte del gobierno puede causar una inflación descontrolada. En Taiwán, en los años 50, para hacer frente a los déficits posteriores a la guerra, el banco central emitió grandes cantidades de dinero, lo que llevó a que 8 millones de monedas de 1,000 dólares no pudieran comprar ni un dólar estadounidense. La historia de la hiperinflación casi siempre tiene su origen en esto.

Expectativas de inflación en aumento

Cuando la gente espera que los precios sigan subiendo, comienza a consumir anticipadamente y a exigir aumentos salariales. Los comerciantes también subirán los precios, creando un ciclo vicioso. Una vez que se forman expectativas de inflación, es muy difícil romperlas, y por eso los bancos centrales de todos los países insisten en que “podemos controlar la inflación”.

¿Por qué subir las tasas puede frenar la inflación? ¿Pero a qué costo?

Cuando el banco central aumenta las tasas, el costo de pedir prestado sube. Por ejemplo, si la tasa de interés pasa del 1% al 5%, el interés anual por un préstamo de 100 millones de unidades será de 1,000,000 a 5,000,000. Las tasas altas hacen que las personas se lo piensen más y prefieran guardar su dinero en el banco, lo que reduce la liquidez en el mercado, disminuye la demanda de bienes y, en consecuencia, los precios bajan.

Pero también hay aspectos negativos en el aumento de tasas. La reducción en la demanda empresarial puede llevar a despidos, aumento del desempleo, desaceleración del crecimiento económico e incluso recesión. Por eso, el aumento de tasas por parte del banco central siempre es una decisión difícil, un “dilema”.

La baja inflación es buena, pero ¿quién se beneficia de una alta inflación?

Muchas personas temen la inflación, pero en realidad, una inflación moderada (del 2%-3%) es beneficiosa para la economía. Cuando la gente espera que los bienes suban de precio, aumenta su motivación para consumir, lo que impulsa la inversión empresarial y, en última instancia, el crecimiento económico. Por ejemplo, en China, a principios de los 2000, el CPI subió del 0% al 5%, y al mismo tiempo, la tasa de crecimiento del PIB pasó del 8% a más del 10%.

El caso opuesto es Japón. Después del estallido de la burbuja económica en los años 90, Japón entró en deflación, con precios casi estancados. La gente solo quería ahorrar y no gastar, y la tasa de crecimiento del PIB se volvió negativa. Desde entonces, Japón ha estado en lo que se llama las “tres décadas perdidas”.

Las principales economías como EE. UU., Europa, Reino Unido, Japón, Canadá y Australia han establecido un objetivo de inflación del 2%-3%, y la mayoría de los demás países entre el 2% y el 5%.

¿Para quién es más beneficiosa la inflación? Para quienes tienen deudas. Aunque parece que la depreciación del dinero es una desventaja, quienes deben dinero en realidad ven cómo su deuda se reduce en términos reales. Por ejemplo, si hace 20 años tomaste un préstamo de 100 millones para comprar una casa, con una inflación del 3%, después de 20 años, esos 100 millones equivaldrían a solo 55 millones en valor real, por lo que en realidad solo tendrías que devolver aproximadamente la mitad. En períodos de alta inflación, quienes adquieren activos (como bienes raíces, acciones, oro) con deuda obtienen las mayores ganancias.

La doble cara de la inflación en el mercado de valores

Conclusión rápida: la baja inflación favorece a las acciones, la alta inflación las perjudica.

En un entorno de baja inflación, el dinero en el mercado fluye hacia las acciones, y los precios suben. En períodos de alta inflación, los gobiernos adoptan políticas restrictivas, lo que presiona a la baja los precios de las acciones.

Un ejemplo claro fue 2022 en EE. UU. La CPI en junio subió un 9.1% interanual (el nivel más alto en 40 años). La Reserva Federal empezó a subir las tasas de forma agresiva en marzo, con un total de 7 aumentos en todo el año, sumando 425 puntos básicos, llevando la tasa de interés del 0.25% al 4.5%. Las altas tasas afectaron la capacidad de financiamiento y las valoraciones de las empresas, y las acciones estadounidenses tuvieron su peor desempeño en 14 años, con el S&P 500 cayendo un 19% y el Nasdaq un 33%.

Pero durante períodos de alta inflación, no todo el mercado colapsa. Las acciones del sector energético tuvieron un rendimiento destacado, con más del 60% de retorno en 2022. Entre ellas, Occidental Petroleum subió un 111% y ExxonMobil un 74%. Esto se debe a que en un entorno de alta inflación, los precios del petróleo también suben, aumentando significativamente las ganancias de las empresas energéticas.

Lista de activos para la era de la inflación

Durante períodos de inflación, los activos individuales son vulnerables a la erosión. Los inversores deben construir carteras diversificadas para protegerse de la pérdida de poder adquisitivo.

Activos que funcionan mejor en tiempos de inflación

  • Bienes raíces: En épocas de inflación, la liquidez del mercado suele ser alta, y los fondos tienden a dirigirse a bienes raíces en busca de protección, elevando los precios de las propiedades.
  • Metales preciosos (oro, plata): El oro tiene una relación inversa con las tasas de interés reales (tasa nominal menos inflación). Cuanto mayor sea la inflación, mejor se comporta el oro.
  • Acciones: Aunque en el corto plazo pueden mostrar una gran dispersión, a largo plazo suelen superar la inflación.
  • Monedas extranjeras (dólar, etc.): En entornos de alta inflación, la Reserva Federal adopta una postura hawkish, fortaleciendo el dólar y elevando las expectativas de apreciación.

Sugerencias de asignación

Un esquema simple es la “división en tres”: 33% en acciones, 33% en oro y 33% en dólares. Esto permite aprovechar el potencial de crecimiento de las acciones, la protección del oro y el efecto de cobertura contra la inflación del dólar, además de diversificar eficazmente el riesgo de un solo activo y obtener retornos más estables.

Los inversores pueden ajustar las proporciones según su tolerancia al riesgo y horizonte temporal, pero el principio clave es no poner todos los huevos en una sola cesta.

Resumen: la inversión inteligente en tiempos de inflación

La inflación es la subida continua de los precios y la depreciación de la moneda. La baja inflación fomenta el crecimiento económico, mientras que la alta inflación requiere que los bancos centrales suban las tasas, lo que puede desacelerar la economía.

Lo importante es entender que la inflación afecta de manera diferente a distintas personas. Quienes tienen deudas, los accionistas de empresas energéticas, y los poseedores de oro pueden beneficiarse de la inflación. Los inversores comunes deben diversificar sus carteras, equilibrando entre acciones, oro, dólares y otros activos, para proteger su patrimonio en tiempos de inflación.

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