El yen japonés experimentó una fuerte caída durante la sesión de apertura en Asia el martes, desplomándose a 155.29 frente al dólar, marcando su nivel más débil en más de nueve meses. Esta caída refleja el fortalecimiento del dólar, impulsado por las expectativas revisadas de Wall Street respecto a la postura monetaria de la Reserva Federal en su reunión del 10 de diciembre.
Los participantes del mercado han reevaluado sustancialmente las probabilidades de recortes de tasas en la última semana. Los futuros de fondos de la Fed ahora descuentan solo un 43% de probabilidad de una reducción de un cuarto de punto el próximo mes, un cambio drástico respecto al 62% observado hace siete días. Esta disminución en las apuestas de flexibilización representa una recalibración fundamental de la posición de los inversores, ya que las señales económicas permanecen mixtas.
El gobierno de Japón ha comenzado a alertar sobre la trayectoria de la moneda. La ministra de Finanzas, Satsuki Katayama, advirtió contra “movimientos unilaterales y rápidos” en los mercados de divisas durante un discurso público, destacando los riesgos económicos que plantea la aceleración de la debilidad del yen. La primera ministra Sanae Takaichi está programada para reunirse con el gobernador del Banco de Japón, Kazuo Ueda, para discutir la situación de la moneda. La preferencia histórica de Takaichi por políticas monetarias y fiscales expansionistas ha apoyado típicamente resultados de yen más débiles, complicando el marco de política del banco central.
El panorama laboral estadounidense ha emergido como un punto crítico para la dirección de la política. El vicepresidente de la Reserva Federal, Philip Jefferson, reconoció que las condiciones del mercado laboral parecen “lentas”, señalando la renuencia de las empresas a ampliar su plantilla a pesar de los niveles de demanda existentes. La creciente automatización y los cambios en los patrones de inversión empresarial han comprimido aún más el impulso de contratación. Estos indicadores laborales recibirán una validación actualizada el jueves, cuando se publiquen las cifras de nóminas no agrícolas de septiembre.
Los rendimientos del Tesoro han ajustado en consecuencia a la narrativa económica cambiante. El rendimiento a dos años cayó 0.2 puntos básicos hasta situarse en 3.6039%, mientras que su contraparte a 10 años subió ligeramente 0.6 puntos básicos hasta 4.1366%. En los mercados de acciones, la venta se extendió a los tres principales índices, ya que los inversores huyeron de las posiciones sensibles al crecimiento.
Los mercados de divisas han reflejado un sentimiento de mayor aversión al riesgo más allá del yen. El euro se estancó en $1.1594, mientras que la libra cayó un 0.1% hasta $1.3149 en su tercera sesión consecutiva de debilidad. El dólar australiano cayó a $0.6493, y el dólar neozelandés se mantuvo relativamente estable cerca de $0.56535.
Los estrategas de ING Projects sugieren que, si los responsables de la política mantienen las tasas en diciembre, los observadores deberían considerarlo solo como una suspensión temporal y no como un punto de inflexión en la política. La publicación de datos económicos futuros, en particular las estadísticas de empleo, determinará en última instancia la trayectoria de la Fed de cara a 2024.
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El rally del dólar reduce las perspectivas de un cambio de política de la Fed mientras el yen alcanza su nivel más bajo en 9 meses
El yen japonés experimentó una fuerte caída durante la sesión de apertura en Asia el martes, desplomándose a 155.29 frente al dólar, marcando su nivel más débil en más de nueve meses. Esta caída refleja el fortalecimiento del dólar, impulsado por las expectativas revisadas de Wall Street respecto a la postura monetaria de la Reserva Federal en su reunión del 10 de diciembre.
Los participantes del mercado han reevaluado sustancialmente las probabilidades de recortes de tasas en la última semana. Los futuros de fondos de la Fed ahora descuentan solo un 43% de probabilidad de una reducción de un cuarto de punto el próximo mes, un cambio drástico respecto al 62% observado hace siete días. Esta disminución en las apuestas de flexibilización representa una recalibración fundamental de la posición de los inversores, ya que las señales económicas permanecen mixtas.
El gobierno de Japón ha comenzado a alertar sobre la trayectoria de la moneda. La ministra de Finanzas, Satsuki Katayama, advirtió contra “movimientos unilaterales y rápidos” en los mercados de divisas durante un discurso público, destacando los riesgos económicos que plantea la aceleración de la debilidad del yen. La primera ministra Sanae Takaichi está programada para reunirse con el gobernador del Banco de Japón, Kazuo Ueda, para discutir la situación de la moneda. La preferencia histórica de Takaichi por políticas monetarias y fiscales expansionistas ha apoyado típicamente resultados de yen más débiles, complicando el marco de política del banco central.
El panorama laboral estadounidense ha emergido como un punto crítico para la dirección de la política. El vicepresidente de la Reserva Federal, Philip Jefferson, reconoció que las condiciones del mercado laboral parecen “lentas”, señalando la renuencia de las empresas a ampliar su plantilla a pesar de los niveles de demanda existentes. La creciente automatización y los cambios en los patrones de inversión empresarial han comprimido aún más el impulso de contratación. Estos indicadores laborales recibirán una validación actualizada el jueves, cuando se publiquen las cifras de nóminas no agrícolas de septiembre.
Los rendimientos del Tesoro han ajustado en consecuencia a la narrativa económica cambiante. El rendimiento a dos años cayó 0.2 puntos básicos hasta situarse en 3.6039%, mientras que su contraparte a 10 años subió ligeramente 0.6 puntos básicos hasta 4.1366%. En los mercados de acciones, la venta se extendió a los tres principales índices, ya que los inversores huyeron de las posiciones sensibles al crecimiento.
Los mercados de divisas han reflejado un sentimiento de mayor aversión al riesgo más allá del yen. El euro se estancó en $1.1594, mientras que la libra cayó un 0.1% hasta $1.3149 en su tercera sesión consecutiva de debilidad. El dólar australiano cayó a $0.6493, y el dólar neozelandés se mantuvo relativamente estable cerca de $0.56535.
Los estrategas de ING Projects sugieren que, si los responsables de la política mantienen las tasas en diciembre, los observadores deberían considerarlo solo como una suspensión temporal y no como un punto de inflexión en la política. La publicación de datos económicos futuros, en particular las estadísticas de empleo, determinará en última instancia la trayectoria de la Fed de cara a 2024.