La cambio de política de la Reserva Federal oculta un significado profundo, el dólar australiano podría comenzar un ciclo alcista

Preocupaciones inflacionarias tras la inyección de liquidez

La decisión de la Reserva Federal en diciembre se implementó, con una bajada de 25 puntos básicos hasta el rango del 3.50%-3.75%, pero la reacción del mercado no fue tan fuerte como se esperaba. Lo que más llamó la atención no fue la bajada de tipos en sí, sino una operación técnica: el inicio formal del plan de compras de gestión de reservas (RMP).

Este plan significa que la Reserva Federal comprará 400 millones de dólares en bonos del Tesoro a corto plazo en los próximos 30 días. Aunque parece una operación de bajo volumen, refleja una señal clave: la liquidez vuelve a ser un foco de atención. A diferencia de lo que suele entenderse por flexibilización cuantitativa, el RMP se centra en instrumentos a corto plazo en lugar de bonos a largo plazo, con el objetivo de asegurar una oferta de liquidez suficiente en el sistema financiero.

Cabe destacar que el dot plot de la Reserva Federal muestra que en 2026 solo se espera una bajada de tipos más, muy por debajo de las dos previstas anteriormente por el mercado. Esto indica que el ciclo de bajada de tipos podría estar llegando a su fin. Al mismo tiempo, la oposición de tres miembros en la votación de este año a la bajada de tipos resalta profundas diferencias internas en la Reserva Federal entre la lucha contra la inflación y los objetivos de empleo.

Con la inyección de liquidez, el mercado de commodities reacciona de forma más sensible. La plata ha subido un 120% en el año, alcanzando un precio de 64.3 dólares, marcando un nuevo máximo histórico. Metales preciosos, petróleo y cobre, entre otros productos industriales, también suben, lo que indica que se están gestando riesgos de inflación.

Oportunidades en commodities y moneda en la economía australiana

En este contexto, el dólar australiano, como moneda de commodities por excelencia, presenta oportunidades de inversión. Australia es el mayor productor mundial de mineral de hierro, con más del 8% del PIB procedente de la minería. Cuando los precios de las materias primas suben, los ingresos por exportaciones australianas aumentan, beneficiando directamente a su economía.

La postura de política del Banco de la Reserva de Australia (RBA) merece atención. Aunque en noviembre los datos de empleo mostraron una ligera caída (con una tasa de desempleo del 4.3%), el presidente de la RBA, Lowe, afirmó claramente que el ciclo de bajada de tipos ha terminado y que el enfoque se desplazará a evaluar los riesgos de una recuperación de la inflación. La inflación en noviembre fue del 3.8%, muy por encima del objetivo del 2-3% del banco, y se espera que la inflación vuelva a la banda objetivo solo a mediados de 2027.

Esto implica que la RBA podría enfrentarse a presiones para subir tipos. El mercado anticipa que la RBA comenzará un ciclo de subida en febrero de 2026. En contraste, la Reserva Federal está bajando tipos, lo que genera un diferencial de políticas que impulsa al alza al dólar australiano frente al dólar estadounidense.

Cambios en el entorno macroeconómico global

Además de las diferencias en precios de commodities y políticas monetarias, el panorama macroeconómico también está cambiando. La Reserva Federal elevó su pronóstico de crecimiento del PIB para 2026 al 2.3%, mejorando las perspectivas de crecimiento económico y reduciendo los riesgos de estanflación.

Más importante aún, Estados Unidos enfrenta una situación delicada: la deuda pública ha superado por primera vez los 30 billones de dólares, duplicándose en poco tiempo. En este escenario, existe un triángulo imposible entre aranceles, déficit fiscal y inflación. La inflación en realidad actúa como una herramienta para diluir la deuda, lo que representa una amenaza para la credibilidad del dólar.

Con las expectativas de una inflación en aumento, se espera una reducción de las diferencias comerciales entre EE. UU. y China. Esto favorece a los activos de riesgo en general, y el dólar australiano, como moneda de riesgo, también podría beneficiarse de la mejora en la economía global.

Confirmación técnica del potencial alcista del dólar australiano

Desde el gráfico semanal, el dólar australiano/dólar estadounidense ha experimentado una consolidación significativa alrededor de 0.6500, y ahora ha superado el nivel de 0.6600, mostrando una clara formación de suelo. El sentimiento alcista en el mercado es fuerte.

Si el dólar australiano/dólar logra estabilizarse por encima de 0.6600, podría desafiar la resistencia clave en 0.6900. Los inversores pueden considerar 0.6550 como la línea de separación entre tendencia alcista y bajista a medio plazo; una caída por debajo de este nivel indicaría un fracaso en la recuperación.

La fortaleza técnica confirma la lógica fundamental: aumento de precios de commodities, mayor diferencial en políticas monetarias, mejora del entorno macroeconómico global, todos estos factores impulsan una nueva fase alcista del dólar australiano.

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