La verdad económica en la era de la inflación: desde la escalada de precios hasta la reducción de la riqueza, ¿cómo deben enfrentarse las personas comunes?

En los últimos años, la economía global ha enfrentado desafíos sin precedentes, con precios en constante aumento, bancos centrales ajustando las tasas de interés con frecuencia y una mayor volatilidad en los mercados de inversión. ¿Cuál es realmente la raíz de todo esto? Frente a la inflación, las personas en diferentes situaciones enfrentan circunstancias completamente distintas. Este artículo te ayudará a entender en profundidad el fenómeno de la inflación y a encontrar estrategias para afrontarlo.

La lógica económica detrás del aumento de precios

Cuando hablamos de inflación, en esencia nos referimos a un período en el que los precios del mercado suben de manera continua. Esto no es solo un juego de números, afecta directamente el poder adquisitivo del efectivo que tenemos en mano. En pocas palabras, la inflación significa que tu dinero cada vez vale menos.

El indicador más utilizado para medir este fenómeno es el Índice de Precios al Consumidor (IPC), que refleja con precisión la tendencia de cambio en los precios de una cesta de bienes y servicios.

¿Por qué aparece la inflación? Cuatro factores clave en el ciclo económico

La inflación no surge por casualidad, sino que es el resultado de la interacción de varias fuerzas en el sistema económico.

Demanda impulsada

Cuando la demanda de bienes y servicios en el mercado aumenta rápidamente, las empresas incrementan su producción para satisfacerla. En este proceso, los precios suben y las ganancias de las empresas también crecen. Con mayores beneficios, las empresas y los empleados tienden a consumir más, lo que a su vez impulsa aún más la demanda, formando un ciclo virtuoso. Este tipo de inflación impulsada por la demanda se llama inflación de demanda. Aunque la subida de precios puede ser preocupante, generalmente va acompañada de un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), algo que los gobiernos suelen considerar positivo.

Aumento de costos en la oferta

Otra forma de inflación proviene del aumento en los costos de producción. Cuando los precios de materias primas, energía y otros insumos se disparan, los costos de las empresas también aumentan, lo que lleva a un incremento en los precios de los productos. Durante el conflicto Rusia-Ucrania en 2022, la interrupción del suministro energético en Europa provocó un aumento de diez veces en los precios del petróleo y el gas natural, llevando la tasa de IPC en la zona euro a más del 10%, alcanzando niveles históricos. La inflación por costos tiene el peligro de reducir la producción económica, haciendo que el PIB se contraiga, algo que los gobiernos quieren evitar.

Exceso de oferta monetaria

Si el gobierno aumenta la oferta de dinero sin control, habrá más dinero en circulación en el mercado, mientras que la cantidad de bienes reales permanece igual, lo que inevitablemente conduce a una subida de precios. La inflación galopante en la historia suele tener su origen aquí. En los años 50 en Taiwán, para hacer frente a un gran déficit, el banco central imprimió una gran cantidad de billetes, y finalmente 800 millones de dólares en moneda local solo podían cambiarse por 1 dólar estadounidense, con precios que se dispararon a niveles inimaginables.

Auto-realización de las expectativas

Cuando las personas esperan que los precios suban en el futuro, los consumidores compran anticipadamente, los empleados exigen aumentos salariales y los comerciantes aumentan los precios por adelantado. Así, las expectativas de inflación se convierten en inflación real, y una vez que se forman, son muy difíciles de romper. Por ello, los bancos centrales en todos los países trabajan para controlar y guiar las expectativas de inflación.

¿Por qué subir las tasas de interés se ha convertido en la herramienta estándar contra la inflación?

Frente a una inflación elevada, los bancos centrales de todos los países adoptan políticas de aumento de tasas de interés. ¿Cuál es la relación entre subir las tasas y la inflación?

La lógica es sencilla: cuando el banco central aumenta la tasa de interés, el costo de los préstamos también sube. Supongamos que la tasa de interés original era del 1%, y se pide un préstamo de 100 millones con un interés anual de 1 millón; si la tasa sube al 5%, el mismo préstamo de 100 millones tendrá un interés anual de 5 millones. Los costos de financiamiento elevados hacen que las personas sean reacias a pedir préstamos y prefieran ahorrar en el banco. La reducción en la liquidez del mercado disminuye la demanda de bienes y servicios, lo que obliga a los comerciantes a bajar los precios para estimular las ventas, logrando que el nivel general de precios disminuya y la inflación se controle.

No obstante, el aumento de tasas tiene un costo que no se puede ignorar. Cuando la demanda se contrae, las empresas dejan de necesitar tantos empleados para producir y vender, y la tasa de desempleo aumenta. El crecimiento económico se desacelera y, en casos extremos, puede desencadenar una recesión. Este es el dilema que enfrentan los bancos centrales al subir las tasas y al mismo tiempo buscar mantener el crecimiento económico.

Los beneficios ocultos de una inflación moderada y los peligros de la deflación

Al hablar de inflación, muchas personas sienten temor. Pero en realidad, una inflación moderada tiene efectos positivos en la economía.

Cuando la gente espera que los precios de los bienes en el futuro sean más caros, se motiva a consumir más. La demanda en aumento impulsa a las empresas a invertir y ampliar su producción, lo que a su vez fomenta el crecimiento económico. Por ejemplo, en China, a principios de los 2000, cuando el IPC subió del 0 al 5%, la tasa de crecimiento del PIB pasó del 8% al 10% o más.

Por otro lado, la lección negativa viene de Japón. Tras el estallido de la burbuja económica en los años 90, Japón quedó atrapado en una deflación prolongada. Los precios se estancaron, las personas prefirieron ahorrar en lugar de gastar, el crecimiento del PIB fue negativo y la economía del país entró en una recesión conocida como las “Treinta años perdidos”.

Por ello, los principales bancos centrales del mundo consideran mantener una inflación moderada como su principal objetivo. Estados Unidos, Europa, Reino Unido, Japón, Canadá y Australia establecen una meta de inflación del 2%-3%, mientras que otros países la sitúan entre el 2% y el 5%.

¿A quién beneficia la deflación? Los ganadores y perdedores en la era de la inflación

La inflación y la deflación afectan a diferentes grupos de manera opuesta. En períodos de deflación, quienes tienen efectivo en mano se benefician por el aumento de su poder adquisitivo; en tiempos de alta inflación, las personas con deudas son en realidad las que salen ganando.

Esto puede parecer contradictorio, pero la lógica es clara: la inflación devalúa el efectivo, pero favorece a quienes han tomado préstamos. Por ejemplo, si hace 20 años se pidió un préstamo de 100 millones a una tasa de inflación del 3%, después de 20 años esa deuda en realidad se ha reducido a unos 55 millones, y el prestatario solo tendrá que devolver aproximadamente la mitad de su valor real.

En tiempos de alta inflación, quienes utilizan la deuda para comprar activos se benefician más. Estos activos incluyen bienes raíces, acciones, oro y otros. En otras palabras, los poseedores de activos pueden mantener o incluso aumentar su riqueza durante la inflación.

¿Cómo afecta la inflación al mercado de acciones?

La relación entre inflación y mercado de acciones no es lineal. En entornos de baja inflación, el dinero caliente fluye hacia las acciones, impulsando sus precios; en entornos de alta inflación, los gobiernos implementan políticas restrictivas, lo que suele presionar a la baja los precios de las acciones.

Un ejemplo claro en 2022 en EE. UU. fue la caída del mercado bursátil. La inflación alcanzó en ese año niveles récord, con un IPC del 9.1% en junio, su mayor aumento en 40 años. Para frenar la inflación, la Reserva Federal empezó a subir las tasas de interés desde marzo, con un total de 7 aumentos en todo el año, sumando 425 puntos básicos, elevando la tasa desde 0.25% hasta 4.5%.

El aumento de las tasas encareció el financiamiento para las empresas y redujo las valoraciones de las acciones. Como resultado, el mercado estadounidense tuvo su peor desempeño en 14 años, con el índice S&P 500 cayendo un 19%, y el Nasdaq, con fuerte presencia de acciones tecnológicas, cayendo un 33%.

Oportunidades de inversión en tiempos de alta inflación

La alta inflación no significa que no existan oportunidades. Los datos históricos muestran que las acciones de empresas energéticas suelen tener un rendimiento destacado en estos períodos. En 2022, el sector energético en EE. UU. reportó una rentabilidad superior al 60%, con un aumento especialmente notable en las empresas relacionadas con el petróleo.

Además, otros activos que tienden a resistir mejor la inflación incluyen:

Bienes raíces: en entornos inflacionarios, la liquidez del mercado aumenta y el capital tiende a dirigirse hacia bienes raíces, elevando los valores de las propiedades.

Metales preciosos: el oro tiene una relación inversa con las tasas de interés reales (que son las tasas nominales menos la inflación). Cuanto mayor es la inflación, menor es la tasa de interés real, y más atractivo resulta el oro. La plata y otros metales preciosos también muestran comportamientos similares.

Acciones: aunque en el corto plazo su rendimiento puede variar, a largo plazo las acciones suelen superar la inflación.

Divisas extranjeras: en tiempos de alta inflación, la Reserva Federal suele adoptar una postura más agresiva en el aumento de tasas, lo que generalmente lleva a una apreciación del dólar estadounidense.

Cómo construir una cartera resistente a la inflación

La estrategia ideal es diversificar los activos. Los inversores pueden distribuir su capital en acciones, oro, dólares y otros activos, por ejemplo, en proporciones iguales. Esta combinación permite aprovechar el potencial de crecimiento de las acciones, la preservación de valor del oro y la protección contra la inflación del dólar. La diversificación ayuda a reducir riesgos específicos de cada activo y a obtener una rentabilidad más estable a largo plazo.

Resumen: reglas para sobrevivir en la era de la inflación

La inflación es un período en el que los precios suben continuamente. La inflación baja favorece el crecimiento económico, mientras que la alta puede dañar la economía. Los bancos centrales intentan controlar la inflación mediante el aumento de tasas, pero esto también puede desacelerar la economía.

En tiempos de inflación, la forma en que se asignan los activos determina la suerte de la riqueza. Los que tienen deudas se benefician de la inflación, mientras que quienes mantienen efectivo enfrentan la pérdida de poder adquisitivo. Con una adecuada diversificación en acciones, oro, bienes raíces y divisas, los inversores pueden proteger su patrimonio e incluso aumentarlo durante la inflación.

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