Desde que alcanzó un máximo histórico en octubre, Bitcoin y todo el sector de activos criptográficos han comenzado a debilitarse. Actualmente, BTC oscila cerca de los 90,000 dólares, habiendo retrocedido bastante desde ese pico de 126,000 dólares. Lo interesante es que, en el mismo período, el oro, la plata y las acciones estadounidenses han acelerado su subida, una situación de contrapeso que realmente es poco común.

A simple vista, parece que la aversión al riesgo está en juego, pero la lógica subyacente probablemente va más allá. Lo más probable es que las grandes instituciones y fondos estén realizando asignaciones estratégicas basadas en su juicio sobre el sistema monetario global. Están votando con acciones concretas: mientras mantienen una visión optimista sobre los activos tradicionales, su entusiasmo por los activos criptográficos claramente ha disminuido. Este estado de división en el mercado es suficiente para ilustrar la complejidad actual.