Después de un tiempo haciendo trading con contratos, realmente entendí cuánta determinación y coraje tienen los compradores de viviendas.

Imagina esto: tener una creencia firme en una ciudad, no solo apostar los ahorros actuales, sino también comprometerse a financiar y mantener el poder adquisitivo durante los próximos 30 años para apostar a lo grande. ¿Qué pasa con esa audacia en el mercado de contratos? Con un apalancamiento de cinco veces, una caída del 50% haría que se liquidaran las posiciones. Pero, ¿y los compradores de viviendas? Ellos pueden soportar esa presión: trabajan durante el día y por la noche aún enfrentan batallas psicológicas, en una carrera de acumulación que dura más de treinta años.

Y lo más duro es el porcentaje de entrada: solo se necesita un 20% para comenzar a operar, lo que en realidad equivale a apostar con un apalancamiento de cinco veces. Desde esta perspectiva, los compradores de viviendas tienen una percepción del mercado y una confianza en su juicio mucho más implacables que la mayoría de los traders de contratos.