¿Pueden los monederos de pánico detener una llave inglesa? Por qué el próximo debate de seguridad en cripto es físico

El 1 de diciembre en Val‑d’Oise, Francia, el padre de un empresario cripto con sede en Dubái fue secuestrado en plena calle; otra entrada en el directorio de Jameson Lopp de más de 225 ataques físicos verificados contra poseedores de activos digitales.

La base de datos que Lopp, director de seguridad de la cartera Bitcoin Casa, ha mantenido durante seis años, muestra que el ritmo de coacción está aumentando rápidamente, con un incremento del 169% en los ataques físicos reportados en 2025.

El riesgo en sí no es exclusivo de las criptomonedas: los intermediarios de oro, revendedores de artículos de lujo, e incluso mensajeros de efectivo han enfrentado la misma arma básica durante siglos (la violencia). Lo novedoso es que ahora los activos digitales se están robando cara a cara.

Este cambio está impulsando una nueva carrera armamentística en el diseño de monederos. “Monederos de pánico” con activadores de coacción que pueden borrar los saldos al instante, enviar señuelos falsos o pedir ayuda mediante un sutil gesto biométrico.

La idea suena elegante hasta que le añades una llave inglesa. Como dijo Lopp a Cointelegraph, “En última instancia, el uso de monederos de coacción se basa en la especulación sobre el atacante, y no puedes conocer sus motivaciones y conocimientos”.

Los datos detrás del miedo

Los hallazgos de Lopp sugieren que los ataques con llave inglesa siguen los ciclos del mercado. Aumentan durante los periodos alcistas y las épocas de intenso comercio extrabursátil (OTC), cuando las grandes operaciones se realizan fuera de los exchanges. EE. UU. lidera en casos absolutos, aunque el riesgo per cápita es mayor en Emiratos Árabes Unidos e Islandia.

Fuente: Jameson Lopp Alrededor de una cuarta parte de los incidentes son allanamientos de viviendas, a menudo facilitados por filtraciones de datos de Conozca a Su Cliente (KYC) (como lamenta Lopp, “Kill Your Customer”) o doxeo mediante registros públicos. Otro 23% son secuestros. Dos tercios de los ataques tienen éxito, y aproximadamente el 60% de los agresores conocidos son capturados.

La tendencia se correlaciona aproximadamente con el gráfico de precios de Bitcoin (BTC). Cada manía minorista atrae nuevo dinero y nuevos objetivos a la vista pública, y los delincuentes persiguen el retorno de la inversión como todos los demás.

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Probando el gesto de pánico

Si la autodefensa digital está evolucionando, lo hace sin pruebas. “No hay mucho que podamos afirmar de manera definitiva sobre la efectividad de los monederos/activadores de coacción, porque tenemos muy pocos datos”, señala Lopp.

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Conoce el caso de una víctima que intentó usar un monedero señuelo y no logró convencer al agresor, y otro que cumplió de inmediato pero fue torturado durante horas porque el ladrón asumía que había reservas ocultas.

Los constructores contraatacan

Matthew Jones, cofundador de Haven, lo aprendió por las malas. Al intentar una operación de 25 BTC en Ámsterdam, su contraparte huyó en una furgoneta que le esperaba. Sus fotos ayudaron a Europol a rastrear a la banda por toda Europa; ninguno fue capturado.

Desde entonces, ha transformado esa experiencia en un producto: un sistema de custodia multiparte biométrica basado en “autenticación continua sin exposición de identidad”.

La cartera biométrica de Haven bloquea las transferencias tras un escaneo facial en vivo almacenado solo en el dispositivo del usuario. Las transacciones grandes, de más de 1.000 $, requieren confirmación en tiempo real de un verificador secundario, como un cónyuge o pareja.

Cambiar ese contacto impone una espera de 24 horas, lo que hace que la coacción en el momento sea prácticamente inútil. Jones afirma: “Se trata de que te roben el efectivo de tu cartera, no de que te vacíen las cuentas bancarias. Así que se trata de decidir cuál es tu tolerancia al riesgo y elegir una cantidad”.

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El dilema de la custodia

A medida que aumenta la coacción física y las normas de privacidad como el Marco de Información sobre Criptoactivos de la OCDE se endurecen, incluso los bitcoineros veteranos están revaluando la autocustodia. Algunos ahora prefieren la custodia a asumir el riesgo personal.

Lopp califica ese resultado como catastrófico: “Si suficientes personas deciden que la autocustodia de Bitcoin es demasiado peligrosa, esto creará una centralización masiva y un riesgo sistémico para todo el sistema. Es una batalla que llevo luchando una década”.

Esto expone la paradoja en el corazón de la seguridad cripto en 2025: cada salvaguarda, desde bases de datos KYC más estrictas hasta biometría fuera de cadena, reduce el anonimato a la vez que amplía la superficie de ataque. El problema en la frontera ya no son los exploits de smart contracts; ahora es la exposición de datos y el miedo.

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Lo que realmente funciona

A pesar de toda la innovación, la protección más simple sigue siendo la discreción social. Lopp aconseja: “Lo más efectivo que puede hacer un bitcoiner para reducir el riesgo de ataque con llave inglesa es muy difícil: no hablar de Bitcoin, al menos no usando tu nombre real o tu cara”.

A medida que los monederos hardware aprenden modos de pánico y los reguladores exigen una titularidad más visible, las únicas defensas que escalan pueden ser culturales. La mayoría de los ataques con llave inglesa tienen éxito porque la víctima puede ser localizada, no porque se pueda vulnerar su monedero.

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