He visto a demasiada gente estudiando sistemas de trading, pero al final solo se centran en una cuestión: ¿cómo entrar?

¿De qué sirve encontrar un punto de entrada perfecto? Sin un plan de salida, al final todo el esfuerzo es en vano.

Un sistema de trading fiable debe ser capaz de responder a estas preguntas: ¿cuándo comprar? ¿cuándo vender? ¿en qué situaciones no tocar nada bajo ningún concepto? ¿cuál es la lógica detrás de cada paso?

La función de un sistema de trading no es permitirte acertar siempre en el mínimo y el máximo, sino que, cuando el mercado se comporte de manera inesperada, sepas igualmente qué hacer.

En el mundo cripto, mucha gente que pierde dinero no es porque haya elegido mal la dirección, sino porque nunca pensó realmente cómo cerrar la operación.

Cuando toca recoger beneficios, siempre piensan “¿y si espero un poco más? Igual sigue subiendo”; cuando hay que asumir pérdidas, se consuelan pensando “¿y si rebota ahora?”. Así, las ganancias se esfuman y las pequeñas pérdidas se convierten en grandes.

Las emociones son el mayor enemigo en el trading. Un sistema maduro es lo que te agarra cuando se te calienta la cabeza.

Es más bien como una barrera de protección automatizada: no importa lo emocionado o asustado que estés en ese momento, las reglas están ahí: si toca entrar, se entra; si toca salir, se sale; si hay que esperar, no se mueve uno.

Solo cuando seas capaz de ejecutar estrictamente según el sistema, sin dejarte arrastrar por las emociones del mercado, habrás superado de verdad la fase de operar “por intuición”.

Saber encontrar puntos de entrada es solo una habilidad básica. Lo realmente difícil es: saber contenerse ante la tentación y atreverse a salir con decisión cuando se detecta el riesgo. Esa es la verdadera diferencia entre un trader profesional y un particular.

Un sistema que solo conoce puntos de entrada, como mucho te permitirá aprovechar unas cuantas oportunidades; pero si tu sistema cubre todo el proceso: entrada, salida, espera, revisión, entonces no solo te ayudará a ganar dinero, sino, más importante aún, a conservar las ganancias y evitar trampas.

En definitiva, el trading consiste en usar la disciplina para combatir esos defectos humanos de avaricia y miedo a perder. Y un sistema completo es el amuleto más fiable que puedes tener en el mercado.