Anoche, mientras miraba las redes sociales, vi a un colega quejarse: cada día me quedo hasta la madrugada mirando el mercado solo para atrapar un poco de beneficio en las subidas y bajadas, y al final las ojeras ya casi igualan a las de un panda. Le contesté directamente: hermano, este camino no es el correcto.

Llevo casi quince años en este mundillo. Todavía recuerdo cuando escuché que alguien cambió diez mil bitcoins por dos pizzas, y en ese momento pensé que ese tipo estaba loco; el año pasado, cuando se aprobó oficialmente el ETF y salió al mercado, me di cuenta de que esta partida de ajedrez, por fin, ha cobrado vida. Todos estos años he visto operaciones arriesgadas y casos de pérdidas sangrantes, suficientes para escribir unas memorias.

Hoy quiero hablar sinceramente con los recién llegados: si tienes 0,1 bitcoin y lo guardas honestamente hasta 2048, ¿es posible alcanzar la libertad financiera?

Primero, la conclusión: no es un sueño, es una verdad dura que he sacado de innumerables lecciones.

Algo que muchos aún no han entendido: su escasez es una restricción real y rígida, no es algo que puedas copiar simplemente publicando un whitepaper. Muchos de los bitcoins minados por Satoshi en los primeros días se han convertido en activos permanentemente dormidos porque los discos duros se estropearon hace tiempo; con los años, la cantidad de gente que ha perdido claves privadas o enviado fondos a la dirección equivocada es enorme. ¿La cantidad que realmente circula en el mercado? Solo será cada vez más limitada.

Es como las antigüedades o las pinturas famosas, la cantidad existente es la que hay, cuanto más pasa el tiempo, más valiosas se vuelven. Las cosas cuya oferta se puede aumentar fácilmente, ni siquiera deberían compararse con esto.

Y ahora, el error favorito de los principiantes: obsesionarse con los saltos de la gráfica, estudiando cada día las subidas y bajadas de unos puntos, pero sin ver en absoluto hacia dónde va la tendencia general. La verdad es que esto solo lleva poco más de diez años existiendo; si lo comparas con el oro, que tiene miles de años de historia, sigue siendo un bebé. Pero precisamente porque es joven, su potencial es mucho mayor.

¿La volatilidad a corto plazo? Eso es ruido. Lo que realmente puede cambiar tu destino siempre es el interés compuesto a lo largo del tiempo y la visión estratégica.