A principios de 2025, el mercado energético europeo experimenta un momento de inflexión. La compañía de gas natural de Rusia, Gazprom, anunció el 1 de enero la finalización oficial del transporte de gas a Europa a través de Ucrania, lo que marca la completa disolución de la dependencia europea del gas ruso en las últimas décadas. Antes del conflicto ruso-ucraniano, Rusia representaba el 40% de las importaciones de gas natural en Europa, pero ahora esto es historia.
El presidente ucraniano Zelenski afirmó que durante la continuación de la guerra, ningún acuerdo que tenga beneficios económicos para Rusia podrá ser aprobado. Ucrania se niega firmemente a renovar el acuerdo de tránsito, cortando por completo el conducto de energía que conecta Moscú con Europa a través de Ucrania. Esta decisión fue calificada por el ministro de energía de Ucrania como un “momento histórico” y también se considera uno de los mayores fracasos económicos de Moscú.
La transición ya está en marcha, el impacto en los precios es limitado
La reacción del mercado ante este cambio ha sido relativamente estable. La Unión Europea ya se preparó con anticipación a la finalización del tránsito de gas ruso, y los importadores planearon alternativas con antelación, reduciendo significativamente el riesgo de volatilidad en los precios. Los datos muestran que, desde 2021 hasta 2023, la cuota de mercado del gasoducto ruso en el mercado de gas natural de la UE cayó del 40% al 8%, lo que indica que Europa ya ha comenzado su proceso de des-rusificación.
Expertos en energía europeos señalan que la situación de suministro en invierno es relativamente optimista: la mayoría de las regiones tienen un clima templado y reservas suficientes. Aunque Eslovaquia sigue siendo el único país de la UE que recibe gas ruso a través de Ucrania, también ha implementado planes de suministro alternativos. Aunque Eslovaquia advierte que la finalización del acuerdo podría elevar los precios en el mercado europeo, en general, las expectativas del mercado son moderadas.
Gas natural de EE. UU.: la nueva columna vertebral energética de Europa
En el vacío dejado por la salida del gas ruso, el gas natural licuado (GNL) de EE. UU. se ha convertido en el mayor beneficiario. La mayor empresa energética privada de Ucrania, DTEK, confirmó recientemente que ha recibido su primer suministro de GNL desde EE. UU., aproximadamente 100 millones de metros cúbicos. Este suministro fue recibido en el puerto de Grecia y, tras su regasificación, se envió a Ucrania.
Lo que resulta aún más destacado es el aumento en la dependencia de Europa del GNL estadounidense. En 2023, la UE importó del GNL de EE. UU. el 46% del total de sus importaciones, casi el doble en comparación con 2021. Esto indica que Europa, en su proceso de independencia energética, ya considera a EE. UU. como un socio principal de suministro. Además de EE. UU., Europa también busca gas natural en Qatar, Noruega y otros países, formando un panorama diversificado.
Perspectivas del mercado de gas natural en Europa
La UE ha establecido un objetivo de eliminar por completo las importaciones de gas ruso para 2027. Esto no solo responde a la situación geopolítica, sino que también representa un cambio fundamental en la estrategia energética europea. De una dependencia exclusiva del gas ruso a la construcción de un sistema de suministro diversificado, Europa está avanzando en su transición hacia la autonomía energética a largo plazo.
Actualmente, el mercado de gas natural en Europa está en una fase de reestructuración. Aunque en el corto plazo no se esperan crisis de suministro, la búsqueda de un suministro estable y diversificado sigue siendo uno de los principales desafíos. El aumento significativo en la oferta de GNL de EE. UU. ha dado un respiro a Europa, pero para liberarse por completo de la vulnerabilidad energética, aún será necesario asumir ciertos costos.
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¡Gran cambio en el panorama energético! La cadena de suministro de gas natural en Europa se reorganiza, y Estados Unidos aprovecha la oportunidad
俄氣退場,Europa redibuja su mapa energético
A principios de 2025, el mercado energético europeo experimenta un momento de inflexión. La compañía de gas natural de Rusia, Gazprom, anunció el 1 de enero la finalización oficial del transporte de gas a Europa a través de Ucrania, lo que marca la completa disolución de la dependencia europea del gas ruso en las últimas décadas. Antes del conflicto ruso-ucraniano, Rusia representaba el 40% de las importaciones de gas natural en Europa, pero ahora esto es historia.
El presidente ucraniano Zelenski afirmó que durante la continuación de la guerra, ningún acuerdo que tenga beneficios económicos para Rusia podrá ser aprobado. Ucrania se niega firmemente a renovar el acuerdo de tránsito, cortando por completo el conducto de energía que conecta Moscú con Europa a través de Ucrania. Esta decisión fue calificada por el ministro de energía de Ucrania como un “momento histórico” y también se considera uno de los mayores fracasos económicos de Moscú.
La transición ya está en marcha, el impacto en los precios es limitado
La reacción del mercado ante este cambio ha sido relativamente estable. La Unión Europea ya se preparó con anticipación a la finalización del tránsito de gas ruso, y los importadores planearon alternativas con antelación, reduciendo significativamente el riesgo de volatilidad en los precios. Los datos muestran que, desde 2021 hasta 2023, la cuota de mercado del gasoducto ruso en el mercado de gas natural de la UE cayó del 40% al 8%, lo que indica que Europa ya ha comenzado su proceso de des-rusificación.
Expertos en energía europeos señalan que la situación de suministro en invierno es relativamente optimista: la mayoría de las regiones tienen un clima templado y reservas suficientes. Aunque Eslovaquia sigue siendo el único país de la UE que recibe gas ruso a través de Ucrania, también ha implementado planes de suministro alternativos. Aunque Eslovaquia advierte que la finalización del acuerdo podría elevar los precios en el mercado europeo, en general, las expectativas del mercado son moderadas.
Gas natural de EE. UU.: la nueva columna vertebral energética de Europa
En el vacío dejado por la salida del gas ruso, el gas natural licuado (GNL) de EE. UU. se ha convertido en el mayor beneficiario. La mayor empresa energética privada de Ucrania, DTEK, confirmó recientemente que ha recibido su primer suministro de GNL desde EE. UU., aproximadamente 100 millones de metros cúbicos. Este suministro fue recibido en el puerto de Grecia y, tras su regasificación, se envió a Ucrania.
Lo que resulta aún más destacado es el aumento en la dependencia de Europa del GNL estadounidense. En 2023, la UE importó del GNL de EE. UU. el 46% del total de sus importaciones, casi el doble en comparación con 2021. Esto indica que Europa, en su proceso de independencia energética, ya considera a EE. UU. como un socio principal de suministro. Además de EE. UU., Europa también busca gas natural en Qatar, Noruega y otros países, formando un panorama diversificado.
Perspectivas del mercado de gas natural en Europa
La UE ha establecido un objetivo de eliminar por completo las importaciones de gas ruso para 2027. Esto no solo responde a la situación geopolítica, sino que también representa un cambio fundamental en la estrategia energética europea. De una dependencia exclusiva del gas ruso a la construcción de un sistema de suministro diversificado, Europa está avanzando en su transición hacia la autonomía energética a largo plazo.
Actualmente, el mercado de gas natural en Europa está en una fase de reestructuración. Aunque en el corto plazo no se esperan crisis de suministro, la búsqueda de un suministro estable y diversificado sigue siendo uno de los principales desafíos. El aumento significativo en la oferta de GNL de EE. UU. ha dado un respiro a Europa, pero para liberarse por completo de la vulnerabilidad energética, aún será necesario asumir ciertos costos.