Honestamente, nuestro sector ha construido en realidad un modelo industrial bastante extraño: los tokens se lanzan al mercado mucho antes de que llegue el momento adecuado para su lanzamiento.

¿Y cómo lo hacen en los mercados financieros tradicionales? La OPI generalmente ocurre en una etapa muy avanzada del ciclo de vida de la empresa. Tiene que tener ingresos reales, un modelo de negocio probado y la fase más peligrosa de la startup ya superada, para que se inicie el proceso de salida a bolsa.

Pero en Web3, la lógica es completamente al revés. Los proyectos a menudo todavía están en la fase de concepción, el producto principal ni siquiera se vislumbra, el equipo aún no ha demostrado su valía, y el token ya ha despegado. Esto ha creado toda una cadena industrial, desde las instituciones de inversión hasta los exchanges, que giran en torno al objetivo de «emitir tokens lo antes posible».

Este ritmo acelerado es rápido, pero ¿qué pasa con los riesgos? ¿Y los usuarios? ¿Y esos valores reales?