Japón presenta su último proyecto de presupuesto, generando gran revuelo en el mercado. Tras anunciar un presupuesto récord de 122.3 billones de yenes, que en apariencia promete "mantener la disciplina fiscal", en la práctica implica una expansión fiscal significativa — esta contradicción ha impactado directamente en el tipo de cambio del yen, mientras que el mercado de activos criptográficos ha encontrado nuevas oportunidades.

Desde una lógica económica, Japón se encuentra en una situación difícil de resolver: la presión inflacionaria y la desaceleración del crecimiento económico obligan al gobierno a implementar políticas fiscales expansivas, pero la emisión masiva de bonos puede generar preocupaciones sobre la sostenibilidad fiscal, lo que a su vez provoca ventas del yen. La depreciación del yen aumentaría los costos de importación, agravando aún más la inflación — este ciclo parece sin salida.

Pero el mercado suele encontrar una salida. Cuando el yen continúa debilitándose, los inversores japoneses buscan con urgencia activos de cobertura. Los casos históricos lo demuestran claramente: durante el programa de estímulo de 17 billones de yenes en 2021, una gran cantidad de fondos se dirigieron hacia activos criptográficos como Bitcoin, elevando significativamente el volumen de transacciones en Asia-Pacífico. El presupuesto actual es más de 7 veces mayor que aquel, lo que implica que el flujo potencial de fondos podría crecer exponencialmente.

Más aún, el gobierno japonés mantiene una actitud relativamente abierta hacia la innovación en criptomonedas, y podría realizar ajustes en el sistema fiscal para reducir las barreras y costos para los inversores. Esto allana el camino para que una gran cantidad de fondos ingresen al mercado de criptomonedas.

En resumen, la motivación principal de esta tendencia no es solo la sobreliquidez, sino la "demanda de refugio impulsada por la depreciación del yen". Entender esta lógica subyacente será de gran ayuda para captar el ritmo del mercado.