El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha firmado una orden ejecutiva para poner en marcha un nuevo programa federal denominado “Misión Génesis” (Genesis Mission). Este plan tiene como objetivo acelerar significativamente la investigación, el desarrollo y las aplicaciones científicas de la IA en Estados Unidos, y se considera el intento más ambicioso del gobierno federal de reunir recursos científicos desde el “Programa Apolo”. La orden exige que el Departamento de Energía de EE.UU. establezca la “Plataforma de Ciencia y Seguridad de Estados Unidos”, proporcionando a los investigadores la capacidad de cálculo y los recursos de datos necesarios para entrenar modelos de IA.
Trump lanza la Misión Génesis para crear una plataforma nacional de investigación en IA
(Fuente: Casa Blanca)
La orden ejecutiva establece: “La Misión Génesis acelerará notablemente los descubrimientos científicos, fortalecerá la seguridad nacional, garantizará la ventaja energética, mejorará la eficiencia laboral y multiplicará el retorno de la inversión de los contribuyentes en I+D”. Esta declaración revela claramente la orientación estratégica del gobierno de Trump respecto a la IA: no solo como innovación tecnológica, sino como herramienta clave para la seguridad nacional y la competitividad económica. Michael Kratsios, director de la Oficina de Política Científica y Tecnológica de la Casa Blanca y asistente del presidente en temas tecnológicos, será el encargado de liderar el proyecto.
Kratsios ya ocupó un cargo similar durante el primer mandato de Trump y cuenta con amplia experiencia en política tecnológica y cooperación industrial. Esta designación muestra la importancia que el gobierno de Trump otorga al proyecto, ya que Kratsios tiene autoridad para informar directamente al presidente, coordinar recursos interdepartamentales y agilizar la implementación de políticas. En cuanto a su estructura organizativa, la Misión Génesis será una plataforma de colaboración interdepartamental, no un proyecto interno de una sola agencia, un diseño que ayuda a derribar barreras burocráticas y mejorar la eficiencia de ejecución.
La orden ejecutiva exige al secretario de Energía, Chris Wright, crear la nueva “Plataforma de Ciencia y Seguridad de Estados Unidos” (American Science and Security Platform), para concentrar la construcción de la infraestructura necesaria para el desarrollo de IA. Según la orden, esta plataforma proporcionará a los investigadores la capacidad de cálculo y los recursos de datos federales necesarios para entrenar modelos de IA. El Departamento de Energía ha sido elegido como agencia líder porque gestiona los clústeres de supercomputación más potentes de EE.UU., incluido el laboratorio nacional Oak Ridge con Frontier (actualmente uno de los superordenadores más rápidos del mundo).
La orden ejecutiva afirma: “La Misión Génesis construirá una plataforma unificada de IA, utilizando conjuntos de datos científicos federales —los recursos nacionales más grandes del mundo, acumulados durante décadas de inversión— para entrenar modelos fundamentales científicos y desarrollar agentes de IA que verifiquen hipótesis, automaticen procesos científicos y aceleren los avances”. Esta descripción revela la hoja de ruta técnica del plan: no se trata de proyectos dispersos, sino de una plataforma de IA unificada.
El Departamento de Energía debe identificar en 90 días los sistemas y recursos de datos disponibles para el plan, incluyendo “recursos de socios industriales”, lo que supone una profunda cooperación público-privada. Este plazo de 90 días es extremadamente ajustado, lo que indica que el gobierno de Trump busca poner en marcha el plan rápidamente. La participación de socios industriales aportará a la plataforma tecnología de IA avanzada y experiencia comercial, evitando los problemas habituales de retraso tecnológico y baja eficiencia en los proyectos gubernamentales.
Apertura total de datos federales: la IA accede a un filón de oro
Los modelos de IA dependen de grandes volúmenes de datos, y el gobierno estadounidense posee la mayor y más diversa colección de datos científicos y públicos del mundo, aunque históricamente han estado dispersos y sin integrar. La orden ejecutiva exige a Kratsios integrar “todos los datos y recursos institucionales apropiados y disponibles”, proporcionando un acceso unificado para la investigación en IA. Esta escala y profundidad de integración de datos no tiene precedentes en la historia del gobierno federal de EE.UU.
El valor de los datos federales es incalculable. La NASA posee décadas de datos de observación astronómica, el NIH (Instituto Nacional de Salud) cuenta con grandes cantidades de datos médicos y genómicos, la NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica) dispone de datos climáticos y oceánicos globales, y el Departamento de Defensa tiene conjuntos de datos confidenciales sobre seguridad nacional y asuntos militares. Estos datos estaban dispersos entre organismos, dificultando el acceso interdisciplinar para los investigadores. La Misión Génesis romperá estas barreras y establecerá un canal de acceso unificado.
Una vez aseguradas las condiciones básicas de computación y datos, la IA se aplicará en 270 días a desafíos científicos y tecnológicos clave, incluyendo manufactura avanzada y robótica, biotecnología, y fisión y fusión nuclear. Este plazo de 270 días es igualmente ambicioso, lo que significa que antes del tercer trimestre de 2026, la Misión Génesis debería mostrar resultados científicos tangibles.
Tres áreas clave de aplicación de la IA en 270 días
Manufactura avanzada y robótica: IA para optimizar procesos de producción y acelerar el retorno de la manufactura avanzada a EE.UU.
Biotecnología: IA para acelerar el desarrollo de fármacos y el análisis genómico, mejorando la capacidad de innovación médica.
Fisión y fusión nuclear: IA para simular reacciones nucleares y acortar el tiempo hacia avances en tecnologías energéticas limpias.
La fusión nuclear merece especial atención. La humanidad lleva más de 70 años persiguiendo la fusión nuclear controlada, y su consecución cambiaría radicalmente el panorama energético global. Las capacidades de la IA en simulación física compleja y análisis de datos experimentales podrían acelerar los avances en la investigación de la fusión. Si la Misión Génesis logra progresos en este ámbito, su significado estratégico superará con creces al de la propia IA.
Continuidad de la plataforma NAIRR como base nacional de investigación en IA
La Misión Génesis expandirá aún más la plataforma de Recursos Nacionales de Investigación en Inteligencia Artificial (NAIRR), lanzada en 2020 por la Ley Nacional de IA, cuyo objetivo es construir una infraestructura de investigación en IA a nivel nacional. NAIRR comenzó como un proyecto piloto, uniendo al Departamento de Defensa, NASA, NIH y a empresas como OpenAI, Google y Palantir para formar una red nacional de investigación.
Lynne Parker, ex copresidenta de NAIRR y ex asistente del CTO de la Casa Blanca, afirma: “El apoyo gubernamental a largo plazo a la investigación en IA es la base de todos los avances e innovaciones. Sin inversión nacional, EE.UU. perderá su liderazgo en tecnologías clave que determinarán el futuro de la economía y la seguridad”. Estas palabras revelan el trasfondo geopolítico de la Misión Génesis: es una respuesta estratégica de EE.UU. al desarrollo de la IA en China.
El rápido avance de China en IA ha generado gran preocupación en Washington. El gobierno chino invierte a gran escala y de manera centralizada en IA, con apoyo nacional tanto para la investigación básica como para la aplicación comercial. La Misión Génesis puede considerarse una versión estadounidense del “modelo de movilización nacional”, buscando mantener el liderazgo tecnológico mediante la concentración de recursos federales. Este cambio de estrategia muestra que EE.UU. reconoce que depender únicamente del sector privado puede no garantizar la victoria en la carrera por la IA.
El éxito de NAIRR proporciona la base para la Misión Génesis. En los últimos años, la plataforma NAIRR ha apoyado miles de proyectos de investigación, demostrando la viabilidad de la coordinación federal. La Misión Génesis ampliará aún más la escala, aumentará la financiación, abrirá más datos y establecerá objetivos de aplicación más claros. Esta estrategia de expansión progresiva reduce los riesgos de implementación, ya que el equipo no parte de cero, sino que aprovecha la infraestructura y experiencia existentes.
Colaboración de AMD y NVIDIA para crear la próxima generación de supercomputadoras
Hace unas semanas, el gobierno de EE.UU. anunció nuevas alianzas con varias empresas líderes en IA para desarrollar la próxima generación de supercomputadoras de IA. A finales de octubre, el Departamento de Energía anunció una colaboración con AMD para desplegar dos nuevos superordenadores en el Laboratorio Nacional Oak Ridge, uno de los principales centros de investigación en IA del país. El secretario de Energía, Wright, declaró: “Ganar la carrera de la IA requiere innovación y colaboración intersectorial; estas alianzas reúnen lo mejor de la ciencia y la tecnología estadounidenses”.
A principios de noviembre, el Departamento de Energía anunció también la implementación de chips de alto rendimiento de Nvidia, mejorando aún más las capacidades del Oak Ridge en computación cuántica e investigación en IA. La participación simultánea de Nvidia y AMD evidencia que el gobierno estadounidense apuesta por una estrategia de cadena de suministro diversificada, evitando depender en exceso de un solo proveedor de chips. Esta estrategia es fundamental en el contexto geopolítico actual, ya que la estabilidad en el suministro de chips es clave para la continuidad de la investigación en IA.
La elección del Laboratorio Nacional Oak Ridge también es estratégica. El laboratorio cuenta con décadas de experiencia en supercomputación y actualmente opera el superordenador Frontier, con un rendimiento máximo superior a 1 exaflop (más de diez mil billones de operaciones de coma flotante por segundo). Desplegar nuevas supercomputadoras de IA sobre esta base permite generar productividad rápidamente, evitando los largos plazos de una construcción desde cero.
La profundización de la colaboración público-privada es un rasgo esencial de la Misión Génesis. Las asociaciones con AMD y Nvidia no se limitan a la adquisición de hardware, sino que incluyen soporte técnico, investigación conjunta e intercambio de talento. Esta colaboración permite al gobierno acceder a la tecnología de IA más avanzada, mientras que las empresas obtienen grandes contratos públicos y la oportunidad de participar en proyectos de relevancia nacional. Este modelo de beneficio mutuo ha sido recurrente en la historia tecnológica de EE.UU.; desde la carrera espacial de la Guerra Fría hasta el nacimiento de Internet, la profunda colaboración entre gobierno e industria ha sido clave.
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¡Trump pone en marcha el "Proyecto Manhattan" de la IA! El gobierno de EE. UU. establece una nueva colaboración con NVIDIA
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha firmado una orden ejecutiva para poner en marcha un nuevo programa federal denominado “Misión Génesis” (Genesis Mission). Este plan tiene como objetivo acelerar significativamente la investigación, el desarrollo y las aplicaciones científicas de la IA en Estados Unidos, y se considera el intento más ambicioso del gobierno federal de reunir recursos científicos desde el “Programa Apolo”. La orden exige que el Departamento de Energía de EE.UU. establezca la “Plataforma de Ciencia y Seguridad de Estados Unidos”, proporcionando a los investigadores la capacidad de cálculo y los recursos de datos necesarios para entrenar modelos de IA.
Trump lanza la Misión Génesis para crear una plataforma nacional de investigación en IA
(Fuente: Casa Blanca)
La orden ejecutiva establece: “La Misión Génesis acelerará notablemente los descubrimientos científicos, fortalecerá la seguridad nacional, garantizará la ventaja energética, mejorará la eficiencia laboral y multiplicará el retorno de la inversión de los contribuyentes en I+D”. Esta declaración revela claramente la orientación estratégica del gobierno de Trump respecto a la IA: no solo como innovación tecnológica, sino como herramienta clave para la seguridad nacional y la competitividad económica. Michael Kratsios, director de la Oficina de Política Científica y Tecnológica de la Casa Blanca y asistente del presidente en temas tecnológicos, será el encargado de liderar el proyecto.
Kratsios ya ocupó un cargo similar durante el primer mandato de Trump y cuenta con amplia experiencia en política tecnológica y cooperación industrial. Esta designación muestra la importancia que el gobierno de Trump otorga al proyecto, ya que Kratsios tiene autoridad para informar directamente al presidente, coordinar recursos interdepartamentales y agilizar la implementación de políticas. En cuanto a su estructura organizativa, la Misión Génesis será una plataforma de colaboración interdepartamental, no un proyecto interno de una sola agencia, un diseño que ayuda a derribar barreras burocráticas y mejorar la eficiencia de ejecución.
La orden ejecutiva exige al secretario de Energía, Chris Wright, crear la nueva “Plataforma de Ciencia y Seguridad de Estados Unidos” (American Science and Security Platform), para concentrar la construcción de la infraestructura necesaria para el desarrollo de IA. Según la orden, esta plataforma proporcionará a los investigadores la capacidad de cálculo y los recursos de datos federales necesarios para entrenar modelos de IA. El Departamento de Energía ha sido elegido como agencia líder porque gestiona los clústeres de supercomputación más potentes de EE.UU., incluido el laboratorio nacional Oak Ridge con Frontier (actualmente uno de los superordenadores más rápidos del mundo).
La orden ejecutiva afirma: “La Misión Génesis construirá una plataforma unificada de IA, utilizando conjuntos de datos científicos federales —los recursos nacionales más grandes del mundo, acumulados durante décadas de inversión— para entrenar modelos fundamentales científicos y desarrollar agentes de IA que verifiquen hipótesis, automaticen procesos científicos y aceleren los avances”. Esta descripción revela la hoja de ruta técnica del plan: no se trata de proyectos dispersos, sino de una plataforma de IA unificada.
El Departamento de Energía debe identificar en 90 días los sistemas y recursos de datos disponibles para el plan, incluyendo “recursos de socios industriales”, lo que supone una profunda cooperación público-privada. Este plazo de 90 días es extremadamente ajustado, lo que indica que el gobierno de Trump busca poner en marcha el plan rápidamente. La participación de socios industriales aportará a la plataforma tecnología de IA avanzada y experiencia comercial, evitando los problemas habituales de retraso tecnológico y baja eficiencia en los proyectos gubernamentales.
Apertura total de datos federales: la IA accede a un filón de oro
Los modelos de IA dependen de grandes volúmenes de datos, y el gobierno estadounidense posee la mayor y más diversa colección de datos científicos y públicos del mundo, aunque históricamente han estado dispersos y sin integrar. La orden ejecutiva exige a Kratsios integrar “todos los datos y recursos institucionales apropiados y disponibles”, proporcionando un acceso unificado para la investigación en IA. Esta escala y profundidad de integración de datos no tiene precedentes en la historia del gobierno federal de EE.UU.
El valor de los datos federales es incalculable. La NASA posee décadas de datos de observación astronómica, el NIH (Instituto Nacional de Salud) cuenta con grandes cantidades de datos médicos y genómicos, la NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica) dispone de datos climáticos y oceánicos globales, y el Departamento de Defensa tiene conjuntos de datos confidenciales sobre seguridad nacional y asuntos militares. Estos datos estaban dispersos entre organismos, dificultando el acceso interdisciplinar para los investigadores. La Misión Génesis romperá estas barreras y establecerá un canal de acceso unificado.
Una vez aseguradas las condiciones básicas de computación y datos, la IA se aplicará en 270 días a desafíos científicos y tecnológicos clave, incluyendo manufactura avanzada y robótica, biotecnología, y fisión y fusión nuclear. Este plazo de 270 días es igualmente ambicioso, lo que significa que antes del tercer trimestre de 2026, la Misión Génesis debería mostrar resultados científicos tangibles.
Tres áreas clave de aplicación de la IA en 270 días
Manufactura avanzada y robótica: IA para optimizar procesos de producción y acelerar el retorno de la manufactura avanzada a EE.UU.
Biotecnología: IA para acelerar el desarrollo de fármacos y el análisis genómico, mejorando la capacidad de innovación médica.
Fisión y fusión nuclear: IA para simular reacciones nucleares y acortar el tiempo hacia avances en tecnologías energéticas limpias.
La fusión nuclear merece especial atención. La humanidad lleva más de 70 años persiguiendo la fusión nuclear controlada, y su consecución cambiaría radicalmente el panorama energético global. Las capacidades de la IA en simulación física compleja y análisis de datos experimentales podrían acelerar los avances en la investigación de la fusión. Si la Misión Génesis logra progresos en este ámbito, su significado estratégico superará con creces al de la propia IA.
Continuidad de la plataforma NAIRR como base nacional de investigación en IA
La Misión Génesis expandirá aún más la plataforma de Recursos Nacionales de Investigación en Inteligencia Artificial (NAIRR), lanzada en 2020 por la Ley Nacional de IA, cuyo objetivo es construir una infraestructura de investigación en IA a nivel nacional. NAIRR comenzó como un proyecto piloto, uniendo al Departamento de Defensa, NASA, NIH y a empresas como OpenAI, Google y Palantir para formar una red nacional de investigación.
Lynne Parker, ex copresidenta de NAIRR y ex asistente del CTO de la Casa Blanca, afirma: “El apoyo gubernamental a largo plazo a la investigación en IA es la base de todos los avances e innovaciones. Sin inversión nacional, EE.UU. perderá su liderazgo en tecnologías clave que determinarán el futuro de la economía y la seguridad”. Estas palabras revelan el trasfondo geopolítico de la Misión Génesis: es una respuesta estratégica de EE.UU. al desarrollo de la IA en China.
El rápido avance de China en IA ha generado gran preocupación en Washington. El gobierno chino invierte a gran escala y de manera centralizada en IA, con apoyo nacional tanto para la investigación básica como para la aplicación comercial. La Misión Génesis puede considerarse una versión estadounidense del “modelo de movilización nacional”, buscando mantener el liderazgo tecnológico mediante la concentración de recursos federales. Este cambio de estrategia muestra que EE.UU. reconoce que depender únicamente del sector privado puede no garantizar la victoria en la carrera por la IA.
El éxito de NAIRR proporciona la base para la Misión Génesis. En los últimos años, la plataforma NAIRR ha apoyado miles de proyectos de investigación, demostrando la viabilidad de la coordinación federal. La Misión Génesis ampliará aún más la escala, aumentará la financiación, abrirá más datos y establecerá objetivos de aplicación más claros. Esta estrategia de expansión progresiva reduce los riesgos de implementación, ya que el equipo no parte de cero, sino que aprovecha la infraestructura y experiencia existentes.
Colaboración de AMD y NVIDIA para crear la próxima generación de supercomputadoras
Hace unas semanas, el gobierno de EE.UU. anunció nuevas alianzas con varias empresas líderes en IA para desarrollar la próxima generación de supercomputadoras de IA. A finales de octubre, el Departamento de Energía anunció una colaboración con AMD para desplegar dos nuevos superordenadores en el Laboratorio Nacional Oak Ridge, uno de los principales centros de investigación en IA del país. El secretario de Energía, Wright, declaró: “Ganar la carrera de la IA requiere innovación y colaboración intersectorial; estas alianzas reúnen lo mejor de la ciencia y la tecnología estadounidenses”.
A principios de noviembre, el Departamento de Energía anunció también la implementación de chips de alto rendimiento de Nvidia, mejorando aún más las capacidades del Oak Ridge en computación cuántica e investigación en IA. La participación simultánea de Nvidia y AMD evidencia que el gobierno estadounidense apuesta por una estrategia de cadena de suministro diversificada, evitando depender en exceso de un solo proveedor de chips. Esta estrategia es fundamental en el contexto geopolítico actual, ya que la estabilidad en el suministro de chips es clave para la continuidad de la investigación en IA.
La elección del Laboratorio Nacional Oak Ridge también es estratégica. El laboratorio cuenta con décadas de experiencia en supercomputación y actualmente opera el superordenador Frontier, con un rendimiento máximo superior a 1 exaflop (más de diez mil billones de operaciones de coma flotante por segundo). Desplegar nuevas supercomputadoras de IA sobre esta base permite generar productividad rápidamente, evitando los largos plazos de una construcción desde cero.
La profundización de la colaboración público-privada es un rasgo esencial de la Misión Génesis. Las asociaciones con AMD y Nvidia no se limitan a la adquisición de hardware, sino que incluyen soporte técnico, investigación conjunta e intercambio de talento. Esta colaboración permite al gobierno acceder a la tecnología de IA más avanzada, mientras que las empresas obtienen grandes contratos públicos y la oportunidad de participar en proyectos de relevancia nacional. Este modelo de beneficio mutuo ha sido recurrente en la historia tecnológica de EE.UU.; desde la carrera espacial de la Guerra Fría hasta el nacimiento de Internet, la profunda colaboración entre gobierno e industria ha sido clave.